LD (Agencias) Entre el 19 de febrero y finales de marzo desaparecieron en el Sahara, en un triángulo formado por las localidades de Uargla, Djanet y Tamanrasset, entre 800 y 1.900 kilómetros al sur de la capital argelina, 29 turistas que componían cinco expediciones de motos y vehículos todoterreno. Aunque regularmente desaparecen viajeros que atraviesan las vastas extensiones desérticas y pierden la ruta al verse envueltos en tempestades de arena, tarde o temprano se les localiza, sobre todo si van acompañados de un guía experimentado.
La desaparición de los 29 turistas -15 alemanes, ocho austriacos, cuatro suizos, un holandés y un sueco- que no estaban acompañados de guías no tiene precedentes y el misterio aumenta si se tiene en cuenta que algunos poseían teléfonos por satélite y equipos GPS de localización. Además, varios de los desaparecidos ya habían atravesado el Sahara en otras ocasiones. El Ejército argelino movilizó 12.000 hombres y helicópteros provistos de aparatos de visión nocturna e identificación de fuentes caloríficas, por las que podría detectarse la presencia de seres humanos, pero hasta ahora todas estas medidas no han dado el menor resultado.
La preocupación de los gobiernos cuyos compatriotas están ilocalizables se tradujo en una breve visita a Argel, el miércoles, del ministro alemán del Interior, Otto Schily, para recabar ayuda de las autoridades. Berlín envió a Argel a un grupo de funcionarios de la Policía criminal federal (BKA) y otro de agentes del GSGP, una unidad especial de lucha contra el terrorismo, que trabajan en cooperación con el Gobierno argelino.
La desaparición de los 29 turistas -15 alemanes, ocho austriacos, cuatro suizos, un holandés y un sueco- que no estaban acompañados de guías no tiene precedentes y el misterio aumenta si se tiene en cuenta que algunos poseían teléfonos por satélite y equipos GPS de localización. Además, varios de los desaparecidos ya habían atravesado el Sahara en otras ocasiones. El Ejército argelino movilizó 12.000 hombres y helicópteros provistos de aparatos de visión nocturna e identificación de fuentes caloríficas, por las que podría detectarse la presencia de seres humanos, pero hasta ahora todas estas medidas no han dado el menor resultado.
La preocupación de los gobiernos cuyos compatriotas están ilocalizables se tradujo en una breve visita a Argel, el miércoles, del ministro alemán del Interior, Otto Schily, para recabar ayuda de las autoridades. Berlín envió a Argel a un grupo de funcionarios de la Policía criminal federal (BKA) y otro de agentes del GSGP, una unidad especial de lucha contra el terrorismo, que trabajan en cooperación con el Gobierno argelino.