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Giulana Sgrena herida tras ser tiroteado por fuerzas de la coalición el coche en el que viajaba

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha informado sobre el incidente en el que ha resultado herida la periodista italiana, Giuliana Sgrena. Después del anuncio de su liberación, Sgrena, que estaba secuestrada hace un mes en Irak, ha sido herida de bala en un hombro cuando el coche en el que viajaba fue tiroteado por una patrulla de la coalición internacional, por causas aún desconocidas. Además, un agente secreto italiano que viajaba con la periodista ha muerto, cuando trataba de proteger a Sgrena. El Pentágono ha confirmado que han sido fuerzas de la coalición, pero no ha especificado la nacionalidad de las mismas.

L D (EFE)
  La primera reconstrucción de los hechos, dada a conocer por el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, señala que el agente fallecido, Nicola Calipari, padre de dos hijos, protegió durante la refriega a la periodista, que resultó herida en un hombro. Otros dos agentes fueron heridos, ninguno de ellos de gravedad, y fueron trasladados, junto a Sgrena, a un hospital americano, desde donde la periodista ya ha podido comunicarse con Italia y explicar que, pese a la herida, se encuentra bien.

Berlusconi precisó que el incidente sucedió en un puesto de control montado por las tropas estadounidenses en la carretera que conduce al aeropuerto de la capital iraquí, por circunstancias aún non aclaradas. "Estamos incrédulos y atónitos por la fatalidad y la alegría se ha transformado en dolor", dijo Berlusconi en una comparecencia de urgencia en Palazzo Chigi, sede del Gobierno italiano. También ha informado que el agente muerto había participado en las negociaciones para su puesta en libertad.

 
Pedirá explicaciones al embajador de EEUU en Roma
 
Además, Berlusconi, ha anunciado que ha convocado al embajador de EEUU en Roma para pedirle explicaciones por el tiroteo. "He convocado inmediatamente al embajador americano, que deberá aclarar el comportamiento de esos militares por un incidente tan grave, que alguien deberá asumir la responsabilidad", dijo, en la comparecencia urgente en la sede del Gobierno.
  
Horas antes, el periódico italiano Il Manifesto confirmaba la liberación de su enviada especial a Irak. Los secuestradores habían amenazado con matar a Sgrena en 48 horas si Italia no retiraba sus tropas de Irak, pero el Gobierno italiano no cedió al chantaje terrorista. La corresponsal fue capturada el pasado 4 de febrero cuando intentaba reunirse con líderes iraquíes en el sur de la capital, y sus secuestradores amenazaron entonces con ejecutarla en 48 horas si Roma no retiraba sus tropas del país.
 
Giuliana Sgrena fue secuestrada en el sur de la capital cuando se dirigía a la mezquita de Al Kastl, próxima a la universidad, para entrevistar a un grupo de exiliados de Faluya cuando fue interceptada. En el momento de su desaparición, la reportera viajaba acompañada por su intérprete y su chófer, que fueron sacados del coche, por un grupo de hombres enmascarados.
 
Tanto el presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, como el primer ministro, Silvio Berlusconi, se apresuraron a expresar su alegría por la noticia, mientras todos los canales de televisión interrumpían su programación para emitir programas especiales. Hasta el Papa Juan Pablo II, hospitalizado desde hace nueve días, mostró su satisfacción por la liberación de la periodista, que había pedido públicamente en el Angelus del pasado 13 de febrero, según informaron fuentes del Vaticano.
Dos organizaciones terroristas distintas asumieron el secuestro, en ambos casos a través de sendos comunicados publicados en internet. La primera, las "Brigadas de los Muyahidín en Irak" aseguró que había asesinado a la periodista, mientras que la segunda, la "Organización para la Yihad en los países de Mesopotamia", dio un plazo de 48 horas al Gobierno italiano para que retirara a sus tropas de Irak.
 
Tras esta contradictorias reivindicaciones, el pasado día 16 sus captores difundieron un vídeo en el que la periodista imploraba por su liberación y pedía al Gobierno italiano que retirara sus tropas de Irak. En pleno secuestro, el Parlamento aprobó la ampliación de la misión militar italiana "Nueva Babilonia", que mantiene desplegados unos 3.000 soldados en la ciudad de Nasiriya, al sur de Bagdad.

Cerca de medio millón de personas pidió la liberación de Sgrena en una manifestación por las calles de Roma, donde esta misma semana comenzó un ayuno por relevos en el que han participado miembros de comunidades católicas y musulmanas.

La finalización del secuestro deja atrás otra angustiosa experiencia de la ya larga historia de ciudadanos italianos secuestrados por terrorsitas en Irak, algunos de los cuales, como el guardia de seguridad Fabrizio Quatrocchi y el periodista Enzo Baldoni, fueron asesinados. Otros, como las cooperantes Simona Pari y Simona Torreta, corrieron mejor suerte y fueron puestas en libertad tres semanas después de su captura, en medio de la incógnita sobre el presunto pago de un rescate, nunca confirmad

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