L D (Europa Press) Durante un coloquio organizado por Nueva Economía y Wall Street Journal, Giscard argumentó que "los compromisos financieros de la UE van a ser considerables" y añadió que "si decimos no a la Constitución el sistema será poco operativo y no podrá gestionar estos problemas".
En este sentido, advirtió además de que en la UE "no puede haber más solidaridad si las contribuciones no se aumentan". Y agregó que "de esto se hablará mucho en los próximos meses", ante el debate sobre las perspectivas financieras 2007-2013 que se avecina.
Giscard destacó que el voto de los españoles en el referéndum de la Constitución Europea del 20 de febrero será "muy observado por la opinión pública europea", de modo que no sólo es importante "la relación entre el sí y el no", que esperó sea favorable a la Constitución, sino "la tasa de participación, que revelará el interés de los españoles".
El presidente de la Convención destacó que, a diferencia de la Constitución estadounidense, elaborada por una colectividad relativamente pequeña y homogénea, esta concierne a 450 millones de ciudadanos, con más de 20 lenguas y gran disparidad económica, de modo que ha tenido que resolver "contrariedades en las demandas de lo que se esperaba de Europa".
En este sentido, defendió lo plasmado en el Tratado respecto a derechos sociales y política social, recalcando que "no se puede criticar" el texto del artículo 3, que define los objetivos de la política social europea. Según explicó, las grandes disparidades entre los Veinticinco hicieron imposible plasmar ni siquiera uno "mínimos sociales comunes".
Pacto de Estabilidad
Por otro lado, Giscard se mostró en contra de que se modifique el procedimiento de control del déficit para los miembros de la zona euro y subrayó que "la estabilidad es una garantía para los otros". "Si un país hace una política laxa el Banco Central Europeo subirá los tipos y penalizará a los demás", indicó.
Sin embargo, sí se declaró a favor de "mecanismos muy específicos de derogación para determinadas circunstancias", de modo que en "periodos prolongados" de estancamiento se pueda evaluar el tratamiento de los ingresos fiscales. Giscard consideró "problemas técnicos" la petición de algunos países de que no computen en el cálculo del déficit partidas como el gasto en investigación y confiará en que "se encontrará una solución".
Contario al ingreso de Turquía
Además Giscard d'Estaing insistió en impedir la entrada de Turquía en la UE porque ello "diluiría" la identidad europea. "Europa es un proyecto de identidad, de países vecinos y parecidos", remachó. También cree que la UE "encontrará métodos para crear cooperaciones estrechas y satisfactorias con todos sus grandes vecinos", entre ellos Rusia, para él mucho más europea que Turquía, Ucrania, que presentará en breve su candidatura y los vecinos mediterráneos.
Giscard recordó el cuarto criterio de Copenhague, en el que se explican los requisitos para el ingreso de nuevos países aprobados en 1993, que es que la UE esté en condiciones de acoger al Estado en cuestión, y añadió en todo caso que éstos se diseñaron para países exsoviéticos, y que para Turquía se habló de "reforzar la cooperación". El presidente de la Convención deseó que la cuestión turca no contaminara los referendos sobre la Constitución europea, peligro existente especialmente en Francia.