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Gadafi torea a Ginebra y ahora le pide fianza por los ciudadanos suizos

Que Libia le ha tomado el pelo al Gobierno suizo resulta cada vez más evidente. Pese a que Suiza pidió disculpas públicas a Gadafi por la detención de su hijo –lo que le costó duras críticas de la prensa suiza-, ahora Trípoli exige una fianza por los rehenes que tomó en venganza.

Libia ha pedido a Suiza el pago de una fianza de 285.000 euros (408.063 dólares) para dejar salir del país a los dos suizos retenidos en Trípoli desde hace más de un año, como venganza por la detención en Ginebra (Suiza) de un hijo de Muamar el Gadafi, informó este martes la radio suiza francófona (RSR).

La nueva exigencia libia se conoce cuando los dos rehenes deberían estar ya en Suiza al cumplirse hoy, 1 de septiembre, la fecha tope dada por Trípoli para ello, después de que el presidente helvético, Hans Rudolf Merz, presentara el pasado 20 de agosto excusas públicas por la detención de Hanibal Gadafi, en un polémico viaje a Trípoli. "Libia exige el pago de una fianza de 500.000 dinares libios (285.000 euros ó 408.063 dólares) por la liberación de cada uno de los rehenes", anunció la radio RSR, citando a "fuentes cercanas a las negociaciones".

El régimen de Muamar Gadafi, que este martes celebra con festejos el 40 Aniversario de su llegada al poder, está llevando a cabo una guerra de nervios con las autoridades suizas desde el viaje de Merz a Trípoli, cuando pidió perdón al pueblo libio por la detención de Hanibal Gadafi, hace trece meses, y firmó un acuerdo para la reanudación de relaciones.

Un avión enviado hace una semana por Suiza al país magrebí para recoger a los dos ejecutivos regresó sin ellos varios días después, en medio de crecientes críticas en la Confederación Helvética por el "humillante" acuerdo firmado por Merz. Hannibal Gadafi fue detenido durante unas horas en Ginebra en julio de 2008, acusado de maltratar a dos empleados domésticos.

Los dos suizos retenidos trabajaban en Libia para multinacionales suizas cuando estalló la crisis y, desde entonces, no han podido salir de ese país. La crisis entre los dos países no se limitó a una disputa diplomática, sino que ha tenido consecuencias económicas para Suiza como la interrupción de vuelos entre Suiza y Trípoli, la caída de la actividad comercial bilateral o el retiro casi total de los fondos libios en este país.

Pero el acuerdo que Merz tuvo que firmar, acompañado de las disculpas públicas para cerrar esta crisis, se ha convertido en la mayor polémica política de los últimos años en Suiza, donde las opiniones están repartidas entre quienes justifican esa decisión a cambio de la liberación de los suizos, y quienes creen que fueron los intereses económicos los que forzaron esa solución.

Libia es un importante abastecedor de petróleo de Suiza y numerosas firmas helvéticas han visto perjudicadas sus actividades en el país norteafricano a causa de esta situación. La parte del acuerdo que más irrita en Suiza es la que establece la creación de una comisión internacional independiente que investigará la actuación de la Policía de Ginebra en la detención de Hannibal Gadafi, la que ejecutó cumpliendo la orden de un fiscal. Suiza ya ha designado a su representante para la comisión, que desarrollará sus trabajos en Londres, pero Libia aún no lo ha hecho.

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