LD (EFE) Justo en el momento en que Muhamar Gadafi llegaba al edificio Breydel, sede de la presidencia de la Comisión Europea y en el momento de posar para los fotógrafos con Romano Prodi, el dictador libio fue increpado por un grupo de manifestantes.
En este viaje, se espera que Gadafi comunique oficialmente su intención de unirse por completo al "Proceso de Barcelona"–que rige las relaciones de la UE con los socios del Mediterráneo–. El líder libio, que se desplaza por primera vez desde 1989 fuera de Africa y Oriente Medio, tiene previsto almorzar con el colegio de comisarios europeos antes de comparecer ante los periodistas.
Posteriormente, se reunirá con el Alto representante para la política exterior y de seguridad de la UE, Javier Solana, y por la tarde será recibido por el primer ministro belga, Guy Verhofstadt, y el ministro de Exteriores, Louis Michel, en el Palacio de Egmont.
Los responsables de la UE abordarán con el presidente libio la normalización de las relaciones bilaterales y la incorporación del país norteafricano al proceso de asociación euro-mediterránea, para lo cual persisten todavía obstáculos ligados a la pasada vinculación del régimen libio con el terrorismo internacional.
La UE invitó a Trípoli a integrarse en el Proceso de Barcelona en 1989, y desde entonces ha participado, con rango de observador, en algunas reuniones. Pero para la normalización plena de las relaciones entre la Unión y Libia faltan por solucionar dos cuestiones, que también se analizarán este martes: el atentado perpetrado en 1986 contra la discoteca alemana "La Belle", orquestado por los servicios secretos libios, y la situación del personal sanitario búlgaro radicado en el país norteafricano.