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Gadafi: "¡Que se ponga Zapatero!"

Moncloa ha confirmado la información de El País. Gadafi llamó a Zapatero por teléfono, pero éste no se quiso poner.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, rechazó ayer atender una llamada del líder libio, Muamar el Gadafi. Fuentes del Ejecutivo han explicado que miembros del entorno de Gadafi se pusieron en comunicación con el entorno de Zapatero para propiciar una conversación entre ambos, algo que el jefe del Gobierno no consideró oportuno dadas las circunstancias. Según estas fuentes, otros líderes europeos con los que también ha intentado hablar Gadafi también han rechazado hablar con él.

Antes de este episodio, el responsable de ayuda humanitaria de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Pablo Yuste, acompañó desde El Cairo un cargamento de ayuda destinado a los rebeldes de Bengasi, ciudad que ya no controla el régimen de Gadafi, y entró en contacto con miembros del Consejo Nacional de Transición. Su objetivo, según las fuentes del Gobierno, era "tomar la temperatura" de la zona rebelde.

El secretario de Estado de Asuntos Exteriores e Iberoamericanos, Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, que ha comparecido en el Senado para informar de los procesos de cambio en los países árabes, ha admitido que se han entablado contactos con las "autoridades emergentes", que, ha dicho, tienen todavía un nivel embrionario de organización aunque, según El País, no se trata de una guerrilla desorganizada.

Yáñez-Barnuevo ha dado a estos contactos un carácter "humanitario y técnico" y ha explicado que el Gobierno de Exteriores es conocer mejor la composición de las autoridades rebeldes, sus intenciones, sus deseos y sus necesidades. "Era una misión eminentemente humanitaria", ha recalcado sin desvelar quienes han sido los interlocutores de Yuste.

Ha puesto además de manifiesto las divergencias que existen entre los rebeldes al hablar de una eventual acción militar de la comunidad internacional, ya que mientras unos dicen que se bastan por sí solos, otros apuestan por una zona de exclusión aérea o una intervención militar. El denominador común de los rebeldes y de los países del entorno es que no se desea una intervención terrestre. "Es un terreno delicado, cambiante y habrá que seguirlo con mucha atención", ha subrayado.

El Gobierno mantiene también contactos con el resto de Gobiernos europeos -Zapatero habló el fin de semana con el primer ministro británico, David Cameron-, y los ministros de Exteriores de los veintisiete se reúnen hoy en Bruselas para analizar la crisis libia, eje del Consejo extraordinario que se celebrará mañana en la capital belga.

Las fuentes del Ejecutivo no han querido especular sobre un eventual reconocimiento oficial del Consejo Nacional rebelde libio y han apostado por la prudencia recordando que, en cualquier caso, deberá ser una decisión concertada y consensuada entre todos los socios europeos.

La Alta representante de la UE para la política exterior, Catherine Ashton, ya ha dado una pista de esa posible posición común al mostrarse ayer reticente al reconocimiento del Consejo Nacional de Transición como interlocutor del pueblo libio. "Reconocemos a Estados, no a Gobiernos", afirmó hoy al respecto una fuente comunitaria de Bruselas.

No obstante, desde el Ejecutivo se destaca que son ya varios los líderes europeos que se han negado a hablar con Gadafi. Las fuentes han mostrado también su respeto a la actuación del Gobierno portugués. El primer ministro, José Sócrates, ha rechazado hablar con el líder libio, pero su ministro de Exteriores, Luis Amado, se reunió ayer con un emisario del régimen de Gadafi tras acordar esta entrevista con Ashton.

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