L D (Agencias) En declaraciones a la radio privada Europe 1, Barnier responsabilizó al jefe del Gobierno israelí de la crisis diplomática y aseguró que, de haberse producido un malentendido (un malentendido "grave"), la culpa sería del propio Sharon, por haber proferido unas palabras tan comprometedoras.
No obstante, y en un intento por rebajar la tensión, afirmó que no desea "crear una polémica sobre el proyecto de visita" de Sharon a Francia –aplazado desde hace meses–, sino “preservar las relaciones con el Estado de Israel y su pueblo, un pueblo amigo”.
Asimismo, dijo que es necesario dedicar "tiempo para hacer entender la verdadera situación" de los judíos en Francia. En relación con los episodios de antisemitismo registrados en el país, recordó que las autoridades de la República deben “garantizar a cada ciudadano la misma protección y las mismas libertades”.
Por su parte, el portavoz del Gabinete Sharon, Avi Pazner, declaró que no existe "crisis entre los dos países, sino un malentendido cultural que ahora hay que disipar, dándose tiempo para la reflexión". Pazner, ex embajador israelí en París, explicó que "el llamamiento del primer ministro a los judíos del mundo entero, y no sólo a los de Francia, constituye uno de los fundamentos ideológicos del Estado de Israel, mientras que los franceses ven otra cosa en estas palabras".
A su juicio, Sharon –que "ha rendido homenaje a la firme acción emprendida por Chirac contra el antisemitismo–, "no tenía ninguna intención de herir a nadie" con sus declaraciones.