LD (EFE) El primer presidente de México surgido de la oposición tras siete décadas ininterrumpidas de gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Vicente Fox, afirmó que "las elecciones de Estado no regresarán". El mandatario, que presentó su quinto y penúltimo informe anual de Gobierno ante el Congreso de la Unión, dedicó gran parte de su discurso a destacar y defender el cambio democrático, lo que propició en algunos momentos abucheos de la oposición.
El país está inmerso en una fuerte batalla política con vistas a las presidenciales de 2006, en las que concurren con posibilidades de ganar el Partido de Acción Nacional (PAN, derecha), el PRI y el Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda). "La democracia ha valido la pena, porque la tolerancia es ahora un valor que une a la sociedad porque se combate la discriminación y se respetan los derechos humanos", dijo Fox.
Como parte de los cambios en el país, Fox destacó que "la era de las crisis económicas recurrentes ha llegado a su fin. La estabilidad es el piso firme del crecimiento, el bienestar y el progreso". Aseguró que el país está en la ruta hacia un futuro "de mayor prosperidad y justicia social", pero admitió la gravedad de la pobreza y la inseguridad. La mitad de los 106 millones de mexicanos vive en la pobreza. Además, el país es sacudido desde hace varios meses por la violencia del narcotráfico, que ha dejado este año unas setecientas muertes, principalmente en el norte.
Fox reconoció que "la inseguridad es el problema que más preocupa a la gente" y dijo que es un asunto en el que los gobiernos federal y estatales y el Congreso tienen "más deudas pendientes". Dijo que frente a ese fenómeno el país necesita una "respuesta ahora" por parte de las autoridades responsables.