LD (EFE) A punto de cumplirse siete meses de que el dictador cubano tuvo que retirarse de la vida pública por una hemorragia gastrointestinal, Fidel Castro ha tenido que utilizar a su amigo Hugo Chávez, presidente de Venezuela, para irrumpir sorpresivamente. Ha sido en una conversación telefónica de 32 minutos en el programa venezolano "¡Aló, presidente!". Esta es la intervención más larga de Castro desde el 31 de julio.
Sólo después de que terminara el programa del venezolano, los cubanos, a través de la televisión oficial, pudieron conocer el contenido de la conversación que estuvo acompañada con imágenes de la última visita de Chávez a La Habana realizada el treinta de enero.
Castro, de ochenta años, aseguró a su amigo y aliado que "va ganando terreno" y que se siente "con más energías, más fuerza y más tiempo para estudiar". celebró que "he vuelto a ser un estudiante". Cuando Chávez le comentaba sus próximos viajes a Argentina y Bolivia, el dictador le dijo que "no te puedo prometer ir pronto para allá a acompañarte en uno de esos viajes. Pero sí voy ganando terreno, me siento con más energía, más fuerza y más tiempo para estudiar". He vuelto a ser un estudiante". Subrayó que "todo está tranquilo y el país marcha, que es lo importante".
El dictador dijo que debe mantener un "mutismo total, no puedo hablar todos los días. A todo el mundo le pido paciencia y calma, todo el mundo tranquilo, y el país marcha, que es lo importante." Agregó que "quiero también tranquilidad para mi, para poder cumplir las nuevas tareas para este momento".
En un momento de la conversación, el presidente de Venezuela reconoció que Fidel Castro le ha convertido en "una especie de emisario, de fuente" para informar sobre su estado de salud. De hecho, en medio del hermetismo que rodea a Castro, cuya enfermedad ha sido declarada "secreto de Estado", Chávez se ha convertido en la principal fuente de información sobre su situación.
Durante los últimos siete meses, Chávez ha lanzado mensajes, tanto en Venezuela como en sus giras internacionales, sobre la evolución del dictador, ha hablado de su estado anímico, de sus deseos de recuperación y del futuro de sus países. Sus visitas a La Habana han servido para que los cubanos pudieran ver las escasas imágenes de Castro que han difundido en este periodo los medios oficiales de la isla. La última, el treinta de enero, permitió ver a un Fidel Castro de pie y conversando con voz débil.
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