Felipe González consuela a Cristina Kirchner
La presidenta argentina, Cristina Fernández, llegó a la Casa Rosada para encabezar la ceremonia de despedida de su esposo y antecesor en el cargo, Néstor Kirchner, cuyos restos serán sepultados en Río Gallegos, su ciudad natal. El ex presidente español, Felipe González, visitó la capilla ardiente.
La llegada de Fernández marca el inicio de la última etapa del funeral de Estado organizado en memoria del ex presidente y líder peronista, fallecido el miércoles de un paro cardiaco.
Vestida con un traje negro y gafas oscuras, Cristina Fernández entró en el "Salón de los Patriotas Latinoamericanos" de la Casa Rosada, donde se desarrolla el funeral de Estado en homenaje a Kirchner, escoltada por sus hijos Máximo y Florencia.
Fernández saludó a la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, y al ex presidente del Gobierno español Felipe González, que llegaron hoy a Buenos Aires para expresar sus condolencias. Felipe González y Néstor Kirchner no coincidieron como presidentes, pero, a buen seguro, González habrá visitado Argentina en tiempo de Kirchner como conseguidor del multimillonario mexicano Carlos Slim.
La llegada de la mandataria marca el inicio de la despedida final de Kirchner, que será enterrado en las próximas horas en su ciudad natal de Río Gallegos, unos 2.600 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Miles de personas esperan aún en las puertas de la Casa Rosada, que se cerrarán en los próximos minutos para dar paso a la caravana fúnebre que conducirá los restos de Kirchner hasta el Aeroparque de Buenos Aires, desde donde serán trasladados en avión a Río Gallegos. El ex presidente argentino (2003-2007) falleció este miércoles de un paro cardiaco en la sureña localidad de El Calafate, donde descansaba junto con su esposa.
Los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Chile, Sebastián Piñera; Ecuador, Rafael Correa; Uruguay, José Mujica; Colombia, Juan Manuel Santos; Venezuela, Hugo Chávez; Paraguay, Fernando Lugo; y Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, viajaron a Buenos Aires para despedir los restos y acompañar a Fernández en el trance.
Además, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) ha declarado tres días de duelo en la región por la muerte de quien era secretario general de la agrupación.
Frente a la Casa Rosada, sede del Gobierno, la liturgia peronista y un clima generalizado de respeto y congoja, sólo roto para increpar al vicepresidente Julio Cobos, enemistado con el gobierno, compusieron hoy la fotografía del incesante desfile popular que esperaba su turno para ingresar a la sala donde se desarrolla el velatorio.
Con banderas argentinas y ramos de flores, los primeros en llegar al "Salón de los Patriotas Latinoamericanos" de la Casa Rosada permanecieron en vigilia durante toda la noche en la Plaza de Mayo para no perder su lugar.
Al velatorio acudieron decenas de funcionarios, dirigentes políticos y humanitarios, artistas y personalidades, como Diego Maradona, pero también destacaron las significativas ausencias del resto de los ex presidentes argentinos, como Eduardo Duhalde, Carlos Menem y Fernando de la Rúa.
Medios locales aseguraron que Duhalde, antiguo mentor y después convertido en encarnizado enemigo de Kirchner, desistió de acudir a la Casa Rosada tras recibir una llamada del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, en la que éste le pidió que no se presentara para evitar provocaciones.
Otro gran ausente fue el vicepresidente Cobos, que optó por transmitir sus condolencias por teléfono al jefe de Gabinete de ministros para evitar tensiones, después de que cientos de simpatizantes peronistas corearan consignas en su contra en la Plaza de Mayo, frente a la sede del Gobierno.
Tampoco ha aparecido hasta ahora en la Casa de Gobierno Mauricio Macri, el conservador alcalde de Buenos Aires, uno de los acérrimos enemigos políticos de Kirchner, fallecido este miércoles a los 60 años en la sureña localidad de El Calafate, adonde había viajado esta semana con su esposa.
Por el "Salón de los patriotas latinoamericanos" de la Casa Rosada sí han pasado algunos dirigentes opositores, como Francisco de Narváez, del llamado peronismo disidente, y el radical Ricardo Alfonsín, hijo del desaparecido ex presidente Raúl Alfonsín.
También mañana continuarán las visitas internacionales, como la de la ministra de Asuntos Exteriores de España, Trinidad Jiménez, y del ex presidente Felipe González, quienes llegarán a Buenos Aires para asistir a las exequias de Kirchner.
La presidenta Fernández no se ha movido prácticamente en todo el día del lado del féretro cerrado de su marido, arropada en todo momento por sus hijos, Máximo y Florencia, familiares, amigos y miembros del Gabinete.
Entre manifestaciones de ánimo, cánticos peronistas, llantos y abrazos de seguidores, la mandataria se prepara para ejercer el poder en soledad, después de 35 años de matrimonio y cuando falta un año para las elecciones generales en las que Kirchner sonaba como candidato.
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