Expectación en la Unión Europea ante la cumbre a tres entre Blair, Chirac y Schroeder
Gobiernos e instituciones de la Unión Europea mantienen cierta inquietud ante la reunión que celebrarán este miércoles en Berlín los líderes de Alemania, Francia y el Reino Unido. La "cumbre", convocada en un momento de parálisis y cambios, ha resucitado el temor a la aparición de un "directorio" que pretenda fijar la agenda de la UE ampliada a 25 sin contar con los demás.
"No juzgamos estas reuniones por el hecho de que sean convocadas o no, sino por sus resultados", se limitó a declarar a la prensa Reijo Kemppinen, portavoz de Romano Prodi, el presidente de la Comisión.
Bruselas ha tratado desde el principio de restar dramatismo a la cita alegando que son normales las reuniones restringidas de líderes antes de cumbres comunitarias importantes, como la que se celebrará en Bruselas dentro de cinco semanas, de contenido casi exclusivamente económico. Sin embargo, el pasado lunes, seis gobernantes europeos –entre ellos el presidente del Gobierno español, José María Aznar– hicieron pública una carta sobre las reformas económicas y la vigencia del Pacto de Estabilidad, que fue presentada como una contribución más a dicha cumbre, pero que se convirtió en una clara advertencia al triunvirato.
El presidente francés, Jacques Chirac, el canciller alemán, Gerhard Schroeder, y el primer ministro británico, Tony Blair, no estarán solos en Berlín, como en otras ocasiones, sino acompañados por sus principales ministros, lo que confiere un carácter mucho más estructurado a su cumbre. Además, la cita de Berlín tiene lugar en un momento crucial para la vida de la Unión, con una Constitución que no se ha aprobado. De hecho, el presidente de turno de la UE, el primer ministro irlandés Bertie Ahern, está celebrando entrevistas personales con todos sus colegas para intentar resucitar el diálogo sobre la Carta Magna.
La Comisión, por su parte, acaba de lanzar su propuesta de "perspectivas financieras" en la que propone un reparto del presupuesto comunitario para el período 2007-2013 que se aleja de la estricta congelación de gastos exigida, entre otros, por Berlín, París y Londres. Además, el 1 de mayo, diez nuevos estados ingresarán en la Unión y, en junio como muy tarde, los Veinticinco deberán decidir la renovación de las principales autoridades comunitarias, empezando por el sucesor del presidente del Ejecutivo europeo, Romano Prodi.
Por su parte, el presidente del Parlamento Europeo, Pat Cox, ha reconocido también a través de un comunicado que, "cuando se celebran reuniones entre líderes de la UE, en la combinación que sea, que incluyen a algunos y excluyen a otros, siempre es una potencial fuente de ansiedad para aquellos que no están presentes". "No prejuzgo ninguna combinación de estados miembros que quieran reunirse, pero hago un enérgico llamamiento a los líderes que pueden proporcionar impulso y aceleración al proceso europeo, en un momento en el que no vive sus mejores horas, a que hagan exactamente eso", concluye la nota de Cox.
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