L D (EFE) Gordon Brown, el hombre de mayor peso político en el Gobierno británico después del primer ministro, Tony Blair, aprovechó su intervención ante el congreso del Partido Laborista para prometer más dinero, más atención a los servicios públicos y más compromiso con Europa. En su discurso a los delegados reunidos en la ciudad costera de Bournemouth (sur de Inglaterra), Brown dijo que el Gobierno británico "demostrará que al Reino Unido le interesa ser un socio activo en Europa" y añadió: "Nada del Reino Unido versus Europa, sino Reino Unido parte de Europa".
El ministro de Economía aseguró que si Gran Bretaña consigue alcanzar la convergencia necesaria con la zona euro, el Gobierno se echará a la calle para hacer campaña en favor de la moneda única, ante un pueblo que, según las encuestas, no está a favor de abandonar la libra. Brown propone ahora "combatir los prejuicios y mitos antieuropeos" de la oposición conservadora y recordó que el próximo octubre volverá a valorar la situación económica de este país para saber si cumple con las condiciones que le permitan adoptar el euro. Entonces, y sólo entonces, el Gobierno convocará el prometido referéndum para que el pueblo británico se pronuncie.
El congreso del Partido Laborista, que empezó formalmente el domingo, arrancó este lunes en medio de una fuerte polémica por la decisión de orillar todo debate en relación a la guerra en Irak, tomada por los representantes de la mayoría de los delegados. El ala izquierda del partido, apoyada por parte de los medios de comunicación, ha hecho bandera de este tema para recordar que el conflicto en Irak ha marcado –y sigue marcando- la agenda política del Reino Unido.
Consecuencia de la guerra es, entre otras cosas, el "caso Kelly", la investigación sobre la muerte del científico y expertos en armas a partir de cuyas declaraciones la BBC acusó al Gobierno de exagerar los informes sobre armas para justificar la guerra. La investigación, de la que dará cuenta entre noviembre y diciembre el juez Brian Hutton, ha causado el mayor bajón de popularidad que ha tenido el primer ministro en toda su carrera. Tony Blair se dirigirá al congreso de los laboristas este martes a las 14.30 hora española, en un discurso que pretende cerrar filas en el partido y convencer a los votantes de que el laborismo merece un histórico tercer mandato en el Gobierno.
El ministro de Economía aseguró que si Gran Bretaña consigue alcanzar la convergencia necesaria con la zona euro, el Gobierno se echará a la calle para hacer campaña en favor de la moneda única, ante un pueblo que, según las encuestas, no está a favor de abandonar la libra. Brown propone ahora "combatir los prejuicios y mitos antieuropeos" de la oposición conservadora y recordó que el próximo octubre volverá a valorar la situación económica de este país para saber si cumple con las condiciones que le permitan adoptar el euro. Entonces, y sólo entonces, el Gobierno convocará el prometido referéndum para que el pueblo británico se pronuncie.
El congreso del Partido Laborista, que empezó formalmente el domingo, arrancó este lunes en medio de una fuerte polémica por la decisión de orillar todo debate en relación a la guerra en Irak, tomada por los representantes de la mayoría de los delegados. El ala izquierda del partido, apoyada por parte de los medios de comunicación, ha hecho bandera de este tema para recordar que el conflicto en Irak ha marcado –y sigue marcando- la agenda política del Reino Unido.
Consecuencia de la guerra es, entre otras cosas, el "caso Kelly", la investigación sobre la muerte del científico y expertos en armas a partir de cuyas declaraciones la BBC acusó al Gobierno de exagerar los informes sobre armas para justificar la guerra. La investigación, de la que dará cuenta entre noviembre y diciembre el juez Brian Hutton, ha causado el mayor bajón de popularidad que ha tenido el primer ministro en toda su carrera. Tony Blair se dirigirá al congreso de los laboristas este martes a las 14.30 hora española, en un discurso que pretende cerrar filas en el partido y convencer a los votantes de que el laborismo merece un histórico tercer mandato en el Gobierno.