LD (EFE) El presidente de Bolivia, Evo Morales, aceptó someter su mandato a un referendo de revocación que él mismo propuso hace unos meses y que el Senado, controlado por la oposición, aprobó de forma sorpresiva y por unanimidad. Además de Morales, el vicepresidente Álvaro García Linera y los nueve perfectos (gobernadores, la mayoría de oposición), pondrán sus cargos a disposición de los ciudadanos.
Fue el propio Morales quien, en diciembre de 2007, presentó el proyecto de ley sobre el referendo ante el Congreso Nacional cuando el país vivía una tensa situación relacionada con el proceso constituyente. Esa propuesta, tras ser aprobada en primera instancia en la Cámara de Diputados, permaneció varios meses bloqueada en el Senado.
Tras conocer la decisión de los legisladores, Morales dijo: "Quiero reiterar mi posición de someternos al pueblo, que nos diga quién sirve y quién no para gobernar" y señaló que esa consulta "es una forma de profundizar la democracia" en el país y una expresión de respeto a la legalidad, al Estado de Derecho y al Congreso Nacional.
El presidente pidió que el Congreso le envíe cuanto antes la ley de convocatoria del referendo para promulgarla de inmediato. Según la legislación boliviana, la consulta deberá realizarse dentro de los noventa días siguientes al visto bueno del mandatario. En este referendo se preguntará a los bolivianos si están de acuerdo con "la continuidad del proceso de cambio" encabezado por Morales y su vicepresidente, Álvaro García Linera, así como con la permanencia de los gobernadores.