L D (EFE) Tras conocerse los resultados, Morales dijo ante sus seguidores en la ciudad central de Cochabamba que ha dado comienzo la "nueva historia de Bolivia" y agradeció su victoria a todos aquellos que le han respaldado.
Visiblemente emocionado, el líder del Movimiento Al Socialismo (MAS) adelantó que con su triunfo se inicia "la lucha por los recursos naturales para cambiar nuestra historia". "Ya hemos ganado. Aimaras, quechuas, chiquitanos y guaraníes por primera vez somos presidentes", dijo ante los vítores enfervorizados de sus partidarios.
Morales hizo un llamado a los movimientos sociales y políticos de Latinoamérica para reconstruir "la patria grande" imaginada por Simón Bolívar y el "Tawantinsuyu" del imperio Inca. Aunque también prometió un gobierno no excluyente que "jamás extorsionará a quien quiera invertir en nuestro país".
La primera persona en reconocer el triunfo de Morales fue su principal rival en los comicios, el conservador Jorge "Tuto" Quiroga, del Poder Democrático y Social (Podemos), en un mensaje televisado desde un céntrico hotel de la ciudad de La Paz. "Felicito pública y abiertamente por su desempeño a don Evo Morales y a Alvaro García Linera", éste último candidato a la Vicepresidencia por el MAS, "por sus resultados electorales", dijo con humildad al aceptar su derrota.
Antes de que la Corte Nacional Electoral (CNE) haya difundido datos oficiales, el escrutinio rápido de la firmas Apoyo, Opinión y Mercado de Bolivia vaticina que Morales venció con el 51,1 por ciento, seguido de Quiroga, con el 31,1, y el empresario Samuel Doria Medina, de Unidad Nacional (UN), con el 8,1. Si se confirman estos datos, el líder indio habría alcanzado la victoria más contundente en la historia del país, donde se restableció la democracia en 1982 después de dos décadas de períodos dictatoriales.
El MAS de Morales tendría la mayoría de los 130 escaños de la Cámara de Diputados del Congreso. Sin embargo, en el Senado ocuparía 12 escaños, Podemos tendría 14 y los restantes dos asientos de la Cámara Alta caerían en manos del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y de UN. De esta forma, el cabeza de lista del MAS se quedó a las puertas de lograr la mayoría parlamentaria, que le hubiese permitido controlar el Legislativo.
Más de 3,6 millones de bolivianos habían sido llamados a las urnas para elegir al presidente, al vicepresidente y a los diputados y senadores nacionales, así como a los prefectos o gobernadores de los nueve departamentos por primera vez en la historia del país. En esta última votación, los candidatos del MAS lograron tres prefecturas, otras tres Podemos y un número idéntico quedaron en manos de agrupaciones ciudadanas, dos de ellas de ideología conservadora, lo que también podría dificultar la gobernabilidad para el partido socialista.
Pese al temor de posibles incidentes, la jornada electoral del domingo se celebró en un ambiente de absoluta tranquilidad, aunque a algunos ciudadanos denunciaron que se les impidió votar por razones administrativas. El vocal de la CNE, Salvador Romero, reconoció que tras las elecciones municipales de 2004, las autoridades excluyeron de las listas a más de un millón de ciudadanos por distintos motivos, como defunciones, abandono del país o por no ejercer su obligación de votar en aquellos comicios.
Pese a que Romero aclaró que la CNE había avisado de estos cambios mediante varias campañas informativas, muchos bolivianos no se inscribieron en el padrón electoral, lo que los dejó inhabilitados para sufragar. Estos comicios han sido considerados de vital importancia para el futuro del país y de Sudamérica, motivo por el que alrededor de 200 observadores internacionales estuvieron hoy presentes durante las votaciones.
Visiblemente emocionado, el líder del Movimiento Al Socialismo (MAS) adelantó que con su triunfo se inicia "la lucha por los recursos naturales para cambiar nuestra historia". "Ya hemos ganado. Aimaras, quechuas, chiquitanos y guaraníes por primera vez somos presidentes", dijo ante los vítores enfervorizados de sus partidarios.
Morales hizo un llamado a los movimientos sociales y políticos de Latinoamérica para reconstruir "la patria grande" imaginada por Simón Bolívar y el "Tawantinsuyu" del imperio Inca. Aunque también prometió un gobierno no excluyente que "jamás extorsionará a quien quiera invertir en nuestro país".
La primera persona en reconocer el triunfo de Morales fue su principal rival en los comicios, el conservador Jorge "Tuto" Quiroga, del Poder Democrático y Social (Podemos), en un mensaje televisado desde un céntrico hotel de la ciudad de La Paz. "Felicito pública y abiertamente por su desempeño a don Evo Morales y a Alvaro García Linera", éste último candidato a la Vicepresidencia por el MAS, "por sus resultados electorales", dijo con humildad al aceptar su derrota.
Antes de que la Corte Nacional Electoral (CNE) haya difundido datos oficiales, el escrutinio rápido de la firmas Apoyo, Opinión y Mercado de Bolivia vaticina que Morales venció con el 51,1 por ciento, seguido de Quiroga, con el 31,1, y el empresario Samuel Doria Medina, de Unidad Nacional (UN), con el 8,1. Si se confirman estos datos, el líder indio habría alcanzado la victoria más contundente en la historia del país, donde se restableció la democracia en 1982 después de dos décadas de períodos dictatoriales.
El MAS de Morales tendría la mayoría de los 130 escaños de la Cámara de Diputados del Congreso. Sin embargo, en el Senado ocuparía 12 escaños, Podemos tendría 14 y los restantes dos asientos de la Cámara Alta caerían en manos del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y de UN. De esta forma, el cabeza de lista del MAS se quedó a las puertas de lograr la mayoría parlamentaria, que le hubiese permitido controlar el Legislativo.
Más de 3,6 millones de bolivianos habían sido llamados a las urnas para elegir al presidente, al vicepresidente y a los diputados y senadores nacionales, así como a los prefectos o gobernadores de los nueve departamentos por primera vez en la historia del país. En esta última votación, los candidatos del MAS lograron tres prefecturas, otras tres Podemos y un número idéntico quedaron en manos de agrupaciones ciudadanas, dos de ellas de ideología conservadora, lo que también podría dificultar la gobernabilidad para el partido socialista.
Pese al temor de posibles incidentes, la jornada electoral del domingo se celebró en un ambiente de absoluta tranquilidad, aunque a algunos ciudadanos denunciaron que se les impidió votar por razones administrativas. El vocal de la CNE, Salvador Romero, reconoció que tras las elecciones municipales de 2004, las autoridades excluyeron de las listas a más de un millón de ciudadanos por distintos motivos, como defunciones, abandono del país o por no ejercer su obligación de votar en aquellos comicios.
Pese a que Romero aclaró que la CNE había avisado de estos cambios mediante varias campañas informativas, muchos bolivianos no se inscribieron en el padrón electoral, lo que los dejó inhabilitados para sufragar. Estos comicios han sido considerados de vital importancia para el futuro del país y de Sudamérica, motivo por el que alrededor de 200 observadores internacionales estuvieron hoy presentes durante las votaciones.