LD (EFE) En una rueda de prensa ofrecida en la ciudad de Potosí, el presidente Bolivia, Evo Morales, amenazó con expulsar a las compañías multinacionales "Shell" y "Ashmore" si una investigación oficial comprueba que los ejecutivos de su filial "Transredes" cometieron sabotaje en una estación de bombeo de hidrocarburos.
Morales acusa a la empresa de no haber repuesto de inmediato el envío de gas y crudo al mercado interno desde la población de Camiri, el sábado pasado, después de que las fuerzas del orden retomaran el control de esa instalación, amenazada por los habitantes del lugar. La planta había suspendido sus operaciones por exigencia del Comité Cívico de esa localidad, que estaba en huelga exigiendo al Gobierno que profundice sus acciones para la nacionalización de los hidrocarburos dictada por Morales en mayo de 2006.
El presidente boliviano reveló que el sabotaje se inició cuando el bombeo de hidrocarburos se interrumpió dos horas antes de que la multitud llegara a la planta para obligar a cerrar el conducto múltiple. Añadió que, desde la recuperación del control de la planta, la estación no reanudó su labor después del mediodía a pesar de las constantes peticiones de las autoridades.
Morales sostuvo que sólo después de haber dado un ultimátum, a través del ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, se restableció el fluido de gas y petróleo al resto del país. Puntualizó que el comandante del grupo militar encargado de proteger la instalación será también investigado por permitir la entrada de los manifestantes en circunstancias extrañas.