LD (EFE) En un concurrido seminario en Tokio, el presidente de Bolivia, Evo Morales, ha tratado de transmitir confianza a los empresarios japoneses que pretendan hacer negocio en su país. El mandatario explicó que antes de ganar las elecciones era "más radical" en sus posiciones sobre los procesos de nacionalización.
"Felizmente", destacó, ha entendido que Bolivia "necesita la inversión extranjera" para poder explotar los recursos naturales que posee. El presidente boliviano se esforzó por explicar que no se ha equivocado con el proceso de nacionalización de los hidrocarburos. Insistió en que la nacionalización de los hidrocarburos en su país no intenta "expropiar" ni "expulsar" a ninguna empresa.
Además, Morales repitió en varias ocasiones que su Gobierno reconoce el derecho de las empresas a "recuperar la inversión" y "obtener ganancias". Durante su exposición, el líder boliviano enumeró varios datos económicos para mostrar la compatibilidad entre la nacionalización de los recursos naturales en Bolivia y la obtención de beneficios por parte de las empresas.
Morales apuntó que si bien antes de la nacionalización Bolivia obtenía 240 millones de dólares al año de la explotación de los hidrocarburos, en 2006 el Estado ingresó dos mil millones de dólares por este mismo concepto. Añadió que el año pasado su país dobló sus reservas de moneda extranjera hasta los 3.200 millones de dólares y obtuvo un superávit fiscal por primera vez desde 1970, un dato que esgrimió ante el empresariado japonés como garantía de estabilidad macroeconómica.