L D (EFE) Esta es la posición que defenderá Aznar en el Consejo Europeo de Bruselas, que comienza este viernes y en el que se intentará llegar a un acuerdo sobre la futura Constitución europea.
El Gobierno considera que la Conferencia Intergubernamental (CIG) que debe aprobar la Constitución europea no tiene plazo fijado para acabar sus trabajos, y aunque sería deseable que ese objetivo se lograra ahora, no es algo "indispensable".
Para España, según las fuentes gubernamentales consultadas por Efe, lo importante es "hacer un buen trabajo" y, si eso no es posible ahora, deben hacerse esfuerzos para que se consiga en la próxima presidencia de la UE, que asumirá Irlanda. Mantener esa postura, a juicio de los negociadores españoles, "no es un bloqueo ni un veto" y no debe llevar a "dramatizar" las cosas. "España no veta nada, lo que no acepta es la imposición de que, o hay doble mayoría en la toma de decisiones o no hay Constitución", explican las fuentes españolas, que citan a Alemania como ejemplo de esa actitud.
La doble mayoría es perjudicial para la UE
Ese sistema de doble mayoría es considerado por España como perjudicial no sólo para algunos países en concreto, sino para la UE en su conjunto, ya que las fuentes creen que "polariza en exceso la toma de decisiones dando un peso desproporcionado a los países más poblados". En cuanto a la posibilidad de aplazar la decisión sobre los votos en el Consejo hasta el año 2009, las fuentes consideran que esa propuesta sería "menos mala", aunque no es una iniciativa defendida por España. Las fuentes precisan que ese aplazamiento no supondría aceptar el sistema de doble mayoría en el año 2009, sino que se pospondrían los debates.
Sobre la posibilidad de que se ofrezca a España recuperar algunos escaños en el Parlamento Europeo o que los países grandes puedan disponer de un segundo comisario, las fuentes subrayan que habría que analizar una solución global, aunque no creen que ese acuerdo fuera bueno. Ante el anuncio del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, de que presentará en Bruselas una propuesta para intentar alcanzar un acuerdo, el Gobierno español asegura que, por el momento, no ha recibido alternativa alguna.