Fue la peor atrocidad perpetrada en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. En el acto participó el presidente serbio, Boris Tadic, un gesto importante tras la aprobación, el pasado mes de marzo, de una declaración en el Parlamento serbio en la que se pide perdón por la masacre y se reconoce que Belgrado podría haber hecho más para evitarla. Más de 7.000 varones bosniacos fueron masacrados en julio de 1995 ante la pasividad de los cascos azules holandeses por las fuerzas del general Ratko Mladic.
Miles de personas asistieron a la ceremonia del aniversario en Potocari, donde las 775 nuevas víctimas identificadas se sumarán a las aproximadamente 4.000 que ya están sepultadas allí.
Los ataúdes pasaron de mano en mano hasta las nuevas fosas excavadas ante las mujeres llorosas arrodilladas ante las lápidas blancas. "No me queda nada que perder", afirmó Hatidza Mehmedovic entre lágrimas. Ha enterrado a su marido y a sus dos hijos, asesinados cuando tenían 18 y 21 años. "Ahora solo puedo luchar por que se haga justicia", dijo en declaraciones a Reuters.