LD (EFE) La jueza Selina desestimó el aval presentado por 40 diputados de Rusia, por activistas de derechos humanos y por 300 empleados de Yukos e hizo caso a la Fiscalía, que dijo que Jodorkovski podría aprovechar para huir del país.
De nada sirvieron los argumentos de la defensa de que el magnate, que alegó que desde que comenzó el caso Yukos Jodorkovski ha estado dos veces fuera del país y ha retornado, que su pasaporte está en poder de la Justicia y que más del 40 por ciento de las acciones de la empresa han sido embargadas (pese a que pertenecen a sociedades extranjeras y no a Jodorkovski, como dicen los fiscales).
La sesión comenzó con un revuelo, cuando la jueza Selina ordenó celebrarla a puerta cerrada y expulsar a la prensa y a un grupo de diputados para evitar que se conozcan "secretos del sumario" y porque en la sala podía haber "cómplices" de Jodorkovski. El hombre más rico de Rusia, internado el pasado 25 de octubre en una cárcel del Servicio Federal de Seguridad (FSB, ex KGB) por fraude y evasión fiscal, no fue admitido en la sesión y la presenció desde su celda por circuito de televisión. Aunque el presidente ruso, Vladimir Putin, exigió al Gobierno que se mantenga al margen de este caso, el primer ministro, Mijaíl Kasiánov, criticó este martes el proceso, que en su opinión sólo espanta a los inversores al dejarles claro que la propiedad privada no es sagrada en Rusia.