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El transporte público de Londres aún es "extremadamente vulnerable" a un atentado

La red de transporte público de Londres sigue siendo "extremadamente vulnerable" a un atentado terrorista del alcance del 7-J de 2005, según un informe publicado por el Parlamento en el cuarto aniversario de un ataque que ha sido recordado con la un memorial compuesto por 52 columnas.

La red de transporte público de Londres sigue siendo "extremadamente vulnerable" a un atentado terrorista del alcance del 7-J de 2005, según un informe publicado por el Parlamento en el cuarto aniversario de un ataque que ha sido recordado con la un memorial compuesto por 52 columnas.

El documento, elaborado por la Comisión de Interior, la misma que esta jornada comenzó una investigación sobre los atentados, asume que aplicar protocolos de seguridad como los de los aeropuertos sería incompatible con el tráfico de masas que maneja diariamente la capital británica. Sin embargo, advirtió de que esta circunstancia deja expuesta a la ciudad, que en los próximos años sumará la presión de ser sede olímpica.

No en vano, la confirmación de Londres para los Juegos de 2012 se produjo precisamente la semana del ataque y, tras revisar la política antiterrorista del Gobierno, el organismo parlamentario subrayó que pese a las limitaciones, "no hay espacio para la complacencia". En este sentido, aunque reconoce la valía de la plantilla del transporte público de la capital, añadió que el 7-J evidenció "fallos fundamentales", especialmente relacionados con las comunicaciones.

Con todo, desde entonces se ha promovido un nuevo sistema de contacto entre los servicios de emergencias y los trabajadores, sobre todo los más aislados, los del metro, así como una serie de trabajos de formación en materia antiterrorista para capacitar a los empleados en caso de un atentado.

En consecuencia, la comisión insistió en que el metro "siempre sería un objetivo de perfil alto e icónico" para cualquier atentado, "al igual que en otros países vulnerables al terrorismo", y concluyó que en el trabajo hecho para "proteger a millones de pasajeros no hay espacio para la complacencia y debe continuar como la máxima prioridad".

Homenaje a las víctimas

En este contexto, esta misma jornada familiares de las víctimas se dieron cita en la inauguración del memorial en Hyde Park junto a representantes políticos encabezados por el Príncipe Carlos, a quien acompañaba su esposa, la Duquesa de Cornualles; el primer ministro, Gordon Brown, quien también acudió con su mujer Sarah; el líder de la oposición, David Cameron; y tanto el actual alcalde de Londres, Boris Jonhson, como su predecesor, Ken Livinstone, poseedor del bastón de mando cuando se produjo el atentado.

El complejo está formado por 52 columnas de acero, cada una con un acabado diferente para simbolizar la singularidad de cada uno de los fallecidos y con la fecha, hora y localización del ataque que representan: las paradas de metro de Russell Square, Aldgate y Edgware Road, la de bus de Tavistock Square y la estación de King's Cross. Las figuras están agrupadas para representar los espacios en los que se produjo un ataque en cadena que dejó como área más afectada la estación, de la que partieron los cuatro suicidas y que sumó la mitad de los muertos.

En medio de una intermitente lluvia, la ceremonia contó con la intervención central del heredero de la Corona británica, quien aseguró que la tragedia "permanecerá vivamente en las mentes de todos como una intrusión brutal en las vidas de miles de personas". "Las familias de las víctimas, los supervivientes y los servicios de emergencias son un ejemplo conmovedor de cómo gestionar la valentía conjuntamente ante una rabia tan deplorable", aseveró.

La obra del equipo de arquitectos Carmody Groarke, simboliza, según éste, la aleatoria naturaleza de la muerte, que podría haber afectado a cualquiera de los que viajaban aquel día en el transporte público londinense. Su director, Kevin Carmody, recordó la estrecha colaboración con las familias durante meses para garantizar que el resultado respondía a sus expectativas: "Llevó tiempo conseguir ideas de gran calado, como la de simbolizar la pérdida colectiva e individual de la vida".

Por ello, en la ceremonia de este martes, en la que se dio lectura a los nombres de las 52 víctimas, el entorno de los fallecidos tuvieron también una parte del protagonismo y depositaron en la placa conmemorativa rosas rojas para conmemorar el amor, y blancas, como símbolo de la paz, y que se sumaron a la corona de flores que previamente había dejado la Duquesa de Cornualles en nombre de los familiares.

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