L D (EFE) Un tribunal militar de la base estadounidense de Guantánamo declaró al australiano David Hicks culpable de apoyar al terrorismo y lo condenó a siete años de prisión. Sin embargo, fuentes militares señalaron que Hicks sólo tendrá que cumplir nueve meses de la sentencia tras haber pasado más de cinco años detenido en Guantánamo.
El primer dictamen de culpabilidad contra un "combatiente enemigo", juzgado en esa base enclavada en territorio cubano, formó parte de un acuerdo que limitó su sentencia a esos siete años de prisión, agregaron las fuentes. Hicks, de 31 años de edad, fue capturado en diciembre de 2001 por las tropas estadounidenses que invadieron Afganistán y acusado de colaborar con la red terrorista Al-Qaeda.
La semana pasada Hicks se declaró culpable de uno de los cargos, el de haber dado apoyo material para actividades terroristas, después de un pacto con el tribunal militar que lo juzga. Sin embargo, negó haber conocido de antemano los planes para los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Washington y Nueva York. Su abogado, el mayor del Cuerpo de Infantes de Marina de EEUU, Michael Mori, señaló que era un aspirante a soldado que nunca atacó a nadie.
No obstante, el fiscal Kevin Chenail, un coronel también del Cuerpo de Infantes de Marina, señaló que Hicks se había unido a una banda de criminales dedicada a asesinar inocentes. "Estamos frente a uno de los enemigos", manifestó Chenail durante una de las audiencias.
El primer dictamen de culpabilidad contra un "combatiente enemigo", juzgado en esa base enclavada en territorio cubano, formó parte de un acuerdo que limitó su sentencia a esos siete años de prisión, agregaron las fuentes. Hicks, de 31 años de edad, fue capturado en diciembre de 2001 por las tropas estadounidenses que invadieron Afganistán y acusado de colaborar con la red terrorista Al-Qaeda.
La semana pasada Hicks se declaró culpable de uno de los cargos, el de haber dado apoyo material para actividades terroristas, después de un pacto con el tribunal militar que lo juzga. Sin embargo, negó haber conocido de antemano los planes para los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Washington y Nueva York. Su abogado, el mayor del Cuerpo de Infantes de Marina de EEUU, Michael Mori, señaló que era un aspirante a soldado que nunca atacó a nadie.
No obstante, el fiscal Kevin Chenail, un coronel también del Cuerpo de Infantes de Marina, señaló que Hicks se había unido a una banda de criminales dedicada a asesinar inocentes. "Estamos frente a uno de los enemigos", manifestó Chenail durante una de las audiencias.
Poco antes del juicio, el australiano dijo haber sido víctima de abusos por parte de los militares estadounidenses, pero después se retractó y en su declaración de culpabilidad dijo que "nunca fui tratado ilegalmente mientras estuve bajo la custodia de estadounidenses".
En virtud de un acuerdo entre los gobiernos de Australia y de EEUU, Hicks cumplirá su sentencia en una prisión australiana y será enviado a su país a finales de mayo, dijeron las fuentes. Hicks se comprometió en el acuerdo a no hablar durante un año con los medios de información sobre su caso y a entregar al Gobierno de Australia cualquier cantidad de dinero que pudiera recibir por los derechos de su historia.