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El Supremo de EEUU estudia la legalidad de las detenciones en la base de Guantánamo

El Tribunal Supremo EEUU ha decidido estudiar la legalidad de mantener detenidos a centenares de sospechosos de terrorismo, sin acceso a los Tribunales estadounidenses, que permanecen en la base naval de Guantánamo (Cuba). La máxima corte estadounidense aceptó estudiar las peticiones de abogados en nombre de algunos detenidos de Gran Bretaña, Australia y Kuwait, que están entre los más de 600 presos encarcelados.

L D (EFE) Varias cortes de menor rango han decretado que el sistema judicial estadounidense no tiene jurisdicción para ver las demandas de los presos, cuyos abogados alegan que su detención sin cargos y sin acceso al mundo exterior es inconstitucional.

De hecho, los hombres en cuyo nombre los abogados han apelado al Tribunal Supremo ni siquiera conocen esta acción legal, puesto que no se les permite contacto con ningún letrado. La mayoría de ellos fueron capturados durante la guerra contra el régimen talibán y la red terrorista Al-Qaeda en Afganistán, pero EEUU se ha negado a considerarlos prisioneros de guerra, lo que les daría ciertos derechos, según la Convención de Ginebra.

La Casa Blanca insiste en que la detención de estas personas es parte de los poderes de guerra del Gobierno y no está sujeta a la supervisión del poder judicial. EEUU ha indicado su intención de juzgar a algunos de los prisioneros en tribunales militares especiales creados tras el 11 de septiembre de 2001. No obstante, ante las protestas de sus principales aliados en Irak –Reino Unido y Australia– decidió no pedir la pena de muerte para algunos de los ciudadanos de estos países que se encuentran en Guantánamo.

En su acción legal, el Centro para los Derechos Constitucionales, que representa a cuatro detenidos y ha presentado una de las apelaciones al Supremo, alega que "EEUU ha creado una prisión en la Bahía de Guantánamo que opera enteramente fuera de la ley". Según esta organización no gubernamental, los presos son de 42 países y las autoridades militares han reconocido que entre ellos hay tres niños de entre trece y quince años, además de hombres que rondan los ochenta. La gran mayoría de ellos están aislados en celdas de unos cinco metros cuadrados y sólo salen de ellas una hora al día.

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