L D (EFE) La aprobación representa un fuerte revés para el Gobierno estadounidense, que ha amenazado con vetar la nueva Ley de Transporte si contiene esa enmienda sobre Cuba. En un comunicado, la Casa Blanca declara que "es esencial mantener sanciones y las restricciones a los viajes para denegar recursos económicos al brutal régimen de Fidel Casto".
Según las cifras del Departamento del Tesoro, cerca de 160.000 estadounidenses viajan legalmente a la isla cada año. De esta cifra, la mitad son ciudadanos de origen cubano que se desplazan para visitar a sus familiares. Otros grupos, como periodistas o representantes de organizaciones humanitarias, están también autorizados a viajar.
Pero miles de ciudadanos estadounidenses que quieren visitar la isla lo hacen de manera ilegal, a través de terceros países como Canadá o México, y se arriesgan a pagar cuantiosas multas y a penas de prisión. Según el senador demócrata Byron Dorgan, "no es constructivo para nada el intentar castigar a Fidel Castro imponiendo límites al derecho de los estadounidenses a viajar".
Por contra, los partidarios de mantener la prohibición alegan que levantar las restricciones daría la impresión equivocada al régimen castrista, en un momento en el que La Habana ha endurecido sus medidas contra los disidentes.
Según las cifras del Departamento del Tesoro, cerca de 160.000 estadounidenses viajan legalmente a la isla cada año. De esta cifra, la mitad son ciudadanos de origen cubano que se desplazan para visitar a sus familiares. Otros grupos, como periodistas o representantes de organizaciones humanitarias, están también autorizados a viajar.
Pero miles de ciudadanos estadounidenses que quieren visitar la isla lo hacen de manera ilegal, a través de terceros países como Canadá o México, y se arriesgan a pagar cuantiosas multas y a penas de prisión. Según el senador demócrata Byron Dorgan, "no es constructivo para nada el intentar castigar a Fidel Castro imponiendo límites al derecho de los estadounidenses a viajar".
Por contra, los partidarios de mantener la prohibición alegan que levantar las restricciones daría la impresión equivocada al régimen castrista, en un momento en el que La Habana ha endurecido sus medidas contra los disidentes.