L D (EFE) La propuesta, presentada por el PP, no fue respaldada por toda la Cámara, ya que, a pesar de que el grupo mayoritario negoció con el PSOE una enmienda transaccional, incluso horas después de que terminara el debate en el hemiciclo y a la espera de que se produjeran las votaciones, el acuerdo no fue posible. De esta manera, la moción fue aprobada con los votos a favor del PP, CiU y Coalición Canaria y la abstención del resto de los grupos (PSOE, socialistas de Entesa Catalana de Progrés, PNV y mixto).
La moción expresa la "condena enérgica" del Senado a la "ola de represión" contra la oposición democrática cubana, que supone una "violación de los derechos humanos y de las libertades más básicas", e insta al Gobierno a promover iniciativas internacionales para garantizar el respeto a estos derechos y facilitar una transición democrática. Además, la Cámara Alta exige "la inmediata puesta en libertad de todos los presos de conciencia de Cuba" y, en caso contrario, y "por solidaridad con el pueblo cubano" pide a la Mesa del Senado que retire la medalla impuesta a Castro.
Según los socialistas, el acuerdo no fructificó porque el grupo popular se negó a incorporar una referencia a la necesidad de que "el pueblo cubano pueda por sí mismo y sin injerencias externas promover un proceso de transformación institucional que lo homologue con los países de la UE y los países iberoamericanos". El portavoz socialista, Juan José Laborda, mostró su asombro por el rechazo del PP a esta referencia a una transición en Cuba sin "injerencias" que, según remarcó, sigue las ideas de Oswaldo Payá, promotor del "proyecto Varela" en la isla.
Ya durante el debate, Laborda había expresado sus reservas a la parte de la moción referida a la retirada de la medalla del Senado a Fidel Castro, "algo cómico" en su opinión, y había recriminado al PP por incorporar el tema de Cuba a la campaña electoral. Además, había emplazado al PP a recomponer el consenso en la política exterior española, que en el caso de Cuba debería pasar por el liderazgo de España en el ámbito internacional en favor de su transición democrática.
A pesar de que finalmente no hubo consenso, durante la discusión de la moción los portavoces de los grupos coincidieron sin excepción en expresar, de forma inequívoca, su rechazo a las ejecuciones en Cuba, así como al encarcelamiento de opositores en la isla. La senadora del PP Rosa Vindel, encargada de defender la propuesta, subrayó el valor que tiene el que la Cámara Alta se pronuncie sobre la situación por la que atraviesa Cuba, convertida a "en una gran prisión" por la política represiva de Castro.
Tras describir los pormenores de la "peor ola de represión" de la última década en Cuba, con tres ejecuciones sumarias y 50 personas en el "corredor de la muerte", Vindel recordó el compromiso que el Senado siempre ha tenido con la defensa de los derechos humanos. En cuanto a la retirada de la Medalla de Oro al presidente cubano, aseguró que se trata de un "gesto político" y simbólico "muy importante", sugerido por representantes del exilio cubano.
El portavoz de la Entesa Catalana de Progrés, Isidre Molas, hizo notar el valor que puede tener para Cuba la experiencia de la transición española, mientras que Elena Etxegoyen, del PNV, reclamó del PP la "misma vehemencia" que emplea con Cuba para condenar las penas de muerte que se aplican en EEUU. Xavier Marimón, de CiU, apostó por que este debate no sirva sólo para condenar las ejecuciones en Cuba, sino cualquier violación de derechos humanos, sea cual sea el país responsable.
El senador de IU Manuel Cámara fue el más discrepante ya que, aunque condenó los ajusticiamientos y la represión en Cuba, calificó de "ridiculez" la retirada de la condecoración a Castro, reprochó al PP el alinearse con la parte "más recalcitrante" del exilio cubano y apreció una "intención de fondo electoral" en su iniciativa.
La moción expresa la "condena enérgica" del Senado a la "ola de represión" contra la oposición democrática cubana, que supone una "violación de los derechos humanos y de las libertades más básicas", e insta al Gobierno a promover iniciativas internacionales para garantizar el respeto a estos derechos y facilitar una transición democrática. Además, la Cámara Alta exige "la inmediata puesta en libertad de todos los presos de conciencia de Cuba" y, en caso contrario, y "por solidaridad con el pueblo cubano" pide a la Mesa del Senado que retire la medalla impuesta a Castro.
Según los socialistas, el acuerdo no fructificó porque el grupo popular se negó a incorporar una referencia a la necesidad de que "el pueblo cubano pueda por sí mismo y sin injerencias externas promover un proceso de transformación institucional que lo homologue con los países de la UE y los países iberoamericanos". El portavoz socialista, Juan José Laborda, mostró su asombro por el rechazo del PP a esta referencia a una transición en Cuba sin "injerencias" que, según remarcó, sigue las ideas de Oswaldo Payá, promotor del "proyecto Varela" en la isla.
Ya durante el debate, Laborda había expresado sus reservas a la parte de la moción referida a la retirada de la medalla del Senado a Fidel Castro, "algo cómico" en su opinión, y había recriminado al PP por incorporar el tema de Cuba a la campaña electoral. Además, había emplazado al PP a recomponer el consenso en la política exterior española, que en el caso de Cuba debería pasar por el liderazgo de España en el ámbito internacional en favor de su transición democrática.
A pesar de que finalmente no hubo consenso, durante la discusión de la moción los portavoces de los grupos coincidieron sin excepción en expresar, de forma inequívoca, su rechazo a las ejecuciones en Cuba, así como al encarcelamiento de opositores en la isla. La senadora del PP Rosa Vindel, encargada de defender la propuesta, subrayó el valor que tiene el que la Cámara Alta se pronuncie sobre la situación por la que atraviesa Cuba, convertida a "en una gran prisión" por la política represiva de Castro.
Tras describir los pormenores de la "peor ola de represión" de la última década en Cuba, con tres ejecuciones sumarias y 50 personas en el "corredor de la muerte", Vindel recordó el compromiso que el Senado siempre ha tenido con la defensa de los derechos humanos. En cuanto a la retirada de la Medalla de Oro al presidente cubano, aseguró que se trata de un "gesto político" y simbólico "muy importante", sugerido por representantes del exilio cubano.
El portavoz de la Entesa Catalana de Progrés, Isidre Molas, hizo notar el valor que puede tener para Cuba la experiencia de la transición española, mientras que Elena Etxegoyen, del PNV, reclamó del PP la "misma vehemencia" que emplea con Cuba para condenar las penas de muerte que se aplican en EEUU. Xavier Marimón, de CiU, apostó por que este debate no sirva sólo para condenar las ejecuciones en Cuba, sino cualquier violación de derechos humanos, sea cual sea el país responsable.
El senador de IU Manuel Cámara fue el más discrepante ya que, aunque condenó los ajusticiamientos y la represión en Cuba, calificó de "ridiculez" la retirada de la condecoración a Castro, reprochó al PP el alinearse con la parte "más recalcitrante" del exilio cubano y apreció una "intención de fondo electoral" en su iniciativa.