L D (Agencias) El líder sandinista dijo en una conferencia de prensa conjunta con Correa que "Nicaragua, en este momento, anuncia que rompe relaciones diplomáticas con Colombia". Ortega dijo que la ruptura de relaciones es "en solidaridad con el pueblo ecuatoriano", por la incursión militar colombiana contra una base de los terroristas de las FARC en territorio ecuatoriano.
Asimismo, dijo, tiene como fin reivindicar Nicaragua "el derecho a que se respete el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya" en su litigio territorial con Colombia. También, agregó, responde a "las reiteradas amenazas militares de parte del Gobierno colombiano".
El gobernante indicó que la ruptura de relaciones "significa retirar la misión diplomática (nicaragüense) en Colombia e igualmente tendrá que retirarse la misión diplomática de Colombia de Nicaragua". Es "una ruptura de relaciones" que obligará a ambos países a buscar "intermediarios para comunicarnos y abordar estos problemas tan sensibles que tenemos que resolver" en la CIJ, añadió.
Ortega explicó que "una condición fundamental" para reanudar las relaciones con el Gobierno colombiano "es que se respete el fallo de la Corte (en el caso con Managua) y que no se vuelvan a cometer actos de terrorismo como el que se ha lanzando contra Ecuador".
Ortega dijo que Bogotá también debe aceptar "toda la disposición que tenemos todos los gobiernos latinoamericanos" de contribuir a alcanzar la paz en el conflicto que mantienen con el grupo terrorista Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). "Esta ruptura de relaciones no es con el pueblo colombiano, con el que tenemos relaciones históricas. Estamos rompiendo con la política terrorista que está practicando el Gobierno de Álvaro Uribe", reafirmó Ortega.
El presidente Correa agradeció al líder sandinista y al pueblo nicaragüense por "esta muestra de solidaridad". "También toda nuestra solidaridad para que se solucione el problema limítrofe Nicaragua-Colombia, siempre por medios pacíficos, en base al derecho y a la justicia, como lo ha hecho Nicaragua", dijo el gobernante ecuatoriano. "Ten todo nuestro respaldo (Ortega) y muchísimas gracias por este espaldarazo a la causa de Ecuador y a la causa de toda latinoamérica", agregó.
Correa insistió en que el problema entre Ecuador y Colombia "no es un problema bilateral, el que piensa eso está profundamente equivocado, es un problema regional". Si "dejamos impune este antecedente nefasto de agredir, de bombardear a otro país en su lucha antiterrorista y perdemos todo, esto se nos convierte en otro Medio Oriente". Correa responsabilizó a Uribe de albergar en su territorio a guerrilleros y terroristas, y dijo que por ello, "el peligro para la región es el Gobierno colombiano". "Latinoamérica, si no paramos ahora a un tipo como Uribe, que incluso no tiene ningún escrúpulo, después estaremos llorando lágrimas de sangre", advirtió Correa. "Latinoamérica, a pararse duro, hasta la victoria siempre Nicaragua", concluyó.
Managua y Bogotá mantienen una disputa desde hace décadas por sus fronteras marítimas en el Caribe. La CIJ, el máximo tribunal de las Naciones Unidas, se declaró el pasado 13 de diciembre competente para dirimir ese conflicto.
No obstante, reconoció que el Tratado Esguerra-Bárcenas de 1928-1930 estableció la soberanía de Bogotá sobre las islas San Andrés, Providencia y Santa Catalina, por lo que se declaró sin jurisdicción para resolver ese asunto, como quería Nicaragua.
El contencioso incluye, sin embargo, otras cuestiones territoriales como la soberanía de los cayos Roncador, Quitasueño y Serrana, regentada ahora por Bogotá y que Managua reclama.
Asimismo, dijo, tiene como fin reivindicar Nicaragua "el derecho a que se respete el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya" en su litigio territorial con Colombia. También, agregó, responde a "las reiteradas amenazas militares de parte del Gobierno colombiano".
El gobernante indicó que la ruptura de relaciones "significa retirar la misión diplomática (nicaragüense) en Colombia e igualmente tendrá que retirarse la misión diplomática de Colombia de Nicaragua". Es "una ruptura de relaciones" que obligará a ambos países a buscar "intermediarios para comunicarnos y abordar estos problemas tan sensibles que tenemos que resolver" en la CIJ, añadió.
Ortega explicó que "una condición fundamental" para reanudar las relaciones con el Gobierno colombiano "es que se respete el fallo de la Corte (en el caso con Managua) y que no se vuelvan a cometer actos de terrorismo como el que se ha lanzando contra Ecuador".
Ortega dijo que Bogotá también debe aceptar "toda la disposición que tenemos todos los gobiernos latinoamericanos" de contribuir a alcanzar la paz en el conflicto que mantienen con el grupo terrorista Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). "Esta ruptura de relaciones no es con el pueblo colombiano, con el que tenemos relaciones históricas. Estamos rompiendo con la política terrorista que está practicando el Gobierno de Álvaro Uribe", reafirmó Ortega.
El presidente Correa agradeció al líder sandinista y al pueblo nicaragüense por "esta muestra de solidaridad". "También toda nuestra solidaridad para que se solucione el problema limítrofe Nicaragua-Colombia, siempre por medios pacíficos, en base al derecho y a la justicia, como lo ha hecho Nicaragua", dijo el gobernante ecuatoriano. "Ten todo nuestro respaldo (Ortega) y muchísimas gracias por este espaldarazo a la causa de Ecuador y a la causa de toda latinoamérica", agregó.
Correa insistió en que el problema entre Ecuador y Colombia "no es un problema bilateral, el que piensa eso está profundamente equivocado, es un problema regional". Si "dejamos impune este antecedente nefasto de agredir, de bombardear a otro país en su lucha antiterrorista y perdemos todo, esto se nos convierte en otro Medio Oriente". Correa responsabilizó a Uribe de albergar en su territorio a guerrilleros y terroristas, y dijo que por ello, "el peligro para la región es el Gobierno colombiano". "Latinoamérica, si no paramos ahora a un tipo como Uribe, que incluso no tiene ningún escrúpulo, después estaremos llorando lágrimas de sangre", advirtió Correa. "Latinoamérica, a pararse duro, hasta la victoria siempre Nicaragua", concluyó.
Managua y Bogotá mantienen una disputa desde hace décadas por sus fronteras marítimas en el Caribe. La CIJ, el máximo tribunal de las Naciones Unidas, se declaró el pasado 13 de diciembre competente para dirimir ese conflicto.
No obstante, reconoció que el Tratado Esguerra-Bárcenas de 1928-1930 estableció la soberanía de Bogotá sobre las islas San Andrés, Providencia y Santa Catalina, por lo que se declaró sin jurisdicción para resolver ese asunto, como quería Nicaragua.
El contencioso incluye, sin embargo, otras cuestiones territoriales como la soberanía de los cayos Roncador, Quitasueño y Serrana, regentada ahora por Bogotá y que Managua reclama.