Las protestas contra el régimen sirio aumentan en la ciudad meridional de Deraa, donde las fuerzas de seguridad dispararon contra los asistentes a un funeral que causó más de una decena de muertos y numerosos heridos.
Los incidentes se registraron al disparar la policía contra los asistentes a los funerales de los fallecidos durante las manifestaciones en esa ciudad, que es escenario desde hace varios días de violentas protestas.
Los cuerpos de seguridad abrieron fuego y lanzaron gases lacrimógenos para intentar dispersar a los miles de personas que participaban en las exequias, lo que provocó la muerte de más de una decena de personas.
Según activistas de derechos humanos citados por la página web contraria al régimen sirio "Ajbar al Sharq", la cifra de fallecidos oscila entre 15 y 18, pero independientemente no se ha podido confirmar este dato.
La web opositora informó también de que los cuerpos de seguridad usaron proyectiles que causaron un gran orificio en la mezquita de Al Umari en Deraa.
El objetivo de este ataque era irrumpir en el edificio, donde se refugian supuestamente unos 300 manifestantes, a los que la policía acusa de utilizar la mezquita para almacenar armas y municiones.
El templo de Al Umari se ha convertido en centro de los conflictos desde anoche, y el dilema entre atacar o no al edificio supuso también la muerte de un soldado.
Un miembro del Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo a Efe que el militar fue agredido por sus compañeros al negarse a atacar la mezquita.
En las cercanías del templo tuvo lugar anoche un ataque contra una ambulancia en el que murieron al menos cuatro personas, según informó hoy la agencia de noticias estatal SANA.
La agencia, que citó a una fuente oficial no identificada, atribuyó el ataque a un grupo armado y señaló que entre los muertos hay un médico, un enfermero y el conductor del vehículo.
Sin embargo, "Ajbar el Sharq" ofreció una versión totalmente diferente de los hechos y aseguró que "las fuerzas de seguridad lanzaron un ataque sangriento contra unos mil manifestantes que se encontraban frente a la mezquita".
Según la web opositora, en el ataque policial murieron seis personas, entre ellas un médico que estaba prestando primeros auxilios, mientras que varias decenas resultaron heridas.
Tras el incidente, numerosos manifestantes se refugiaron en la mezquita, cuyas puertas fueron cerradas por las fuerzas de seguridad, que lanzaron gases lacrimógenos en su interior.
Por otra parte, "Ajbar al Sharq" reveló que las autoridades sirias decretaron el toque de queda por tiempo indefinido en Deraa, algo que no se ha anunciado oficialmente hasta ahora.
Debido al aumento de la violencia, el presidente sirio, Bashar al Asad, destituyó el pasado domingo al gobernador de la provincia de Deraa.
Esta destitución, que ha sido confirmada hoy en un comunicado oficial, se produjo tras la muerte de al menos cinco manifestantes en unas protestas que estallaron el pasado viernes para exigir reformas políticas.
Siria vive desde 1963 bajo la ley de emergencia, que impide la convocatoria de manifestaciones públicas, pero en los últimos días se han celebrado concentraciones en varios puntos del país, que hasta ahora no se había visto contagiado por las rebeliones populares que se suceden en diversos países árabes.