Así lo ha declarado el preso cubano José Ubaldo Izquierdo, uno de los cinco excarcelados cubanos que han llegado este viernes a Madrid. A su llegada al hotel de la localidad madrileña de Alcorcón donde se alojan los disidentes con sus familiares, Izquierdo, en declaraciones a los periodistas, ha explicado que tuvo que dejar en Cuba a nueve familiares.
Según su relato, cuando estaba en la cárcel, las autoridades cubanas le manifestaron que "el Gobierno español estaba poniendo topes a los familiares: seis por cada preso de conciencia". Izquierdo logró finalmente venir a España con un séptimo pariente al condicionar su salida de la isla a que le pudiera acompañar un sobrino.
En los mismos términos se ha expresado el preso político excarcelado Jorge Luis González Tanquero, quien se ha quejado de que "la policía política cubana determinó que nada más iban a viajar seis personas" por cada disidente. González Tanquero ha apuntado que a su llegada a Madrid, un funcionario del Gobierno español dijo desconocer que las autoridades de La Habana hubieran impuesto una limitación a los familiares.
González Tanquero ha dicho "temer" que el régimen cubano tome represalias contra su madre, una de las Damas de Blanco, porque fue retenida en la isla, junto a dos de los hermanos del preso, a pesar de que "estaban en la lista para viajar" a España. "Por una parte pensamos que ya ha pasado la pesadilla, pero nuestras familias se han quedado en Cuba y hasta que no las saquen no vamos a dormir en paz", ha concluido.
Junto a Izquierdo y González Tanquero, han llegado este mediodía a Madrid desde La Habana Antonio Díaz Sánchez, Blas Giraldo Reyes y Jesús Mustafá Felipe, completando el grupo de veinte disidentes que el Arzobispado de La Habana había anunciado que vendría a España.
La dictadura de los Castro se ha comprometido a liberar gradualmente en un plazo máximo de cuatro meses a 52 presos políticos, dentro del proceso de diálogo abierto con la Iglesia católica de la isla.