La policía intentó disolver esta madrugada el campamento donde los bahreiníes habían establecido el epicentro de sus protestas, la plaza de la Perla, en el centro de Manama. Las Fuerzas de Seguridad han desplegado los tanques del Ejercito para disolver a los manifestantes, y se estima que al menos cuatro personas han muerto. El gobierno ha declarado el Estado de emergencia, según las últimas informaciones.
El presidente de la Asociación de la Juventud Bahreiní para los Derechos Humanos, Mohamed al Maskati, aseguró a Efe que las fuerzas de seguridad emplearon munición real, además de balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, de Manana desde hace dos noches.
Al Maskati identificó los nombres de las dos últimas víctimas como Husein Alzayed y Aisa Abdelhasan. Abdelhasan murió hacia las 9:30 hora local (6:30 GMT) por el impacto de una bala en la cabeza cuando soldados del Ejército cargaron contra los manifestantes.
Las dos primeras personas murieron como resultado de la primera carga policial, cuando alrededor de 3.000 ó 4.000 personas se encontraban en la plaza en el momento en el que las fuerzas de seguridad cargaron contra los participantes.
Como consecuencia de los ataques, Al Maskati aseguró que hay más de un centenar de heridos en los hospitales. "Esta es la primera vez que se utiliza militares para atacar a la gente, no sé qué pasará, cada tres minutos me informan de que hay un nuevo herido o un nuevo muerto", dijo.
Segun testigos citados por el canal catarí Al Yazira, cerca de 60 tanques se dirigen a la céntrica plaza de Lulu –'Perla' en árabe-. Desde que el 14 de febrero comenzaran las protestas en Bahrein, son ya seis las personas muertas.
Esta revuelta popular cuenta con una participación sin precedentes en este país, un archipiélago con una superficie de tan solo 727 kilómetros cuadrados en el que viven poco más de un millón de personas, la mitad de ellos extranjeros