(Libertad Digital) Jorge Moragas, portavoz de Exteriores del PP, había precedido a Trinidad Jiménez, declarando que "como españoles, debemos tener claro que cualquier estrategia que el Gobierno pretenda poner en marcha y que implique dar la espalda a la disidencia será una estrategia equivocada."
La polémica surgió cuando el gobierno de José María Aznar invitó a la fiesta del 12 de octubre de 2003 en la embajada en Cuba a la disidencia democrática, además de las autoridades castristas, lo que provocó la ruptura de las relaciones del régimen con España. El actual gobierno dejó de invitar a los disidentes y tomó una política de acercamiento que ha sido muy criticada por la oposición democrática al régimen.
A modo de defensa, Francisco Javier Sandomingo, director General de política Exterior para Iberoamérica, dijo que "no se puede hablar de fracaso" de la política del Gobierno con Cuba y preguntó irónicamente cuál ha sido el éxito de la política propugnada por Vaclav Havel y otros opositores a la dictadura castrista.
Jorge Moragas comentó que si bien la dictadura castrista había liberado a 14 disidentes por motivos de enfermedad, acto seguido había encarcelado a 35, a lo que añadió "las vidas humanas tienen todas el mismo valor" y la política del Gobierno ha fracasado porque el resultado es que hay más disidentes en las cárceles cubanas, que suman ya 225, en contraste con las 9 que había cuando Fidel Castro alcanzó el poder. Moragas considera que "hay mucha gente en la órbita del electorado del PSOE que no está entendiendo qué se está haciendo en Cuba".
Aunque ambos dirigentes hicieron una llamada al entendimiento en la política en torno a la dictadura de Fidel Castro, que se mantiene desde 1959, Jorge Moragas ha declarado que si se llega al acuerdo entre los dos principales partidos españoles "será el PSOE el que se acercará a nuestras posiciones, pero eso no les tiene que crear excesiva incomodidad: el PSOE volverá ahí donde estaba". Moragas recordó que Mariano Rajoy hizo una oferta de consenso al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que luego "despreció en dos ocasiones".
Trinidad Jiménez ha querido lanzar un mensaje a la disidencia democrática en Cuba, alegando que el gobierno español no está en una estrategia de "dar oxígeno" al dictador e insistiendo en que el objetivo del Ejecutivo es impulsar el proceso hacia la democracia y las libertades en Cuba, así como su desarrollo social y económico. De hecho reconoció que la política del Gobierno socialista "no ha tenido el éxito que nosotros pensábamos".