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El proceso técnico de adaptación de la legislación turca al Derecho comunitario comenzará esta semana

La Comisión Europea anunció este lunes, a las pocas horas de quedar inauguradas al máximo nivel político las negociaciones de adhesión entre la UE y Turquía, que el proceso técnico no sufrirá demoras y echará a andar esta misma semana. El comisario para la Ampliación, el finlandés Olli Rehn, tiene previsto viajar a Turquía, seguramente antes de que finalice la semana, para analizar con miembros del Gobierno turco "la organización práctica" de la negociación.

L D (EFE) Olli Rehn anunció en rueda de prensa que el día 20 de octubre la Comisión comenzará el proceso de verificación conocido como "screening" en la jerga de este tipo de negociaciones, mediante el cual tratará de evaluar el grado de adaptación de Turquía a las leyes comunitarias.

El primer ámbito de la legislación turca que los técnicos de la CE "pasarán por el cedazo", en palabras de Rehn, será el relativo a la ciencia y la investigación, y le seguirá el relacionado con la educación y la cultura. En total, el análisis comprende no menos de 35 ámbitos, unos de carácter muy técnico como el derecho de sociedades o la estadística, y otros más políticos y eventualmente sensibles como el sistema judicial, la política social o los medios de comunicación.

Bruselas prevé que la verificación de la legislación turca a la luz del acervo europeo dure aproximadamente un año. Con el "screening", la Comisión obtiene indicaciones preliminares muy valiosas sobre los problemas que pueden surgir más tarde durante las negociaciones de cada capítulo.

Igual que en el caso de Croacia, cuyo chequeo legal también empezará el 20 de octubre, podrán abrirse capítulos de negociación sin esperar a que el "screening" esté terminado, siempre que los 25 ministros de la UE consideren que la evaluación legislativa lo permite. Según el comisario Rehn, esto implica que "en los próximos meses" se podrán empezar a negociar ya los primeros capítulos tanto con Croacia como con Turquía.

Rehn también confirmó que el 9 de noviembre la Comisión presentará su informe regular sobre los progresos que ha realizado Turquía en 2005 en el camino hacia la adhesión. En él analizará sobre todo el grado de cumplimiento de los llamados "criterios políticos" de Copenhague, que tienen que ver con la primacía del Estado de Derecho, las libertades fundamentales y el respeto de los derechos humanos. Se trata de una de las parcelas centrales y más problemáticas de las relaciones con Turquía, y el comisario negó que el propósito de Bruselas sea dejarlos para el final.
 
En el informe de 2005 el análisis de la CE se centrará en la libertad de expresión, los derechos sindicales y los derechos de las comunidades religiosas no musulmanas, adelantó Rehn. Insistió en que todas estas cuestiones "no son negociables", sino que constituyen elementos del acervo comunitario que el estado candidato debe cumplir antes incluso de plantearse la adhesión. "Damos por supuesto –añadió– que Turquía prosigue sus reformas y continuará mejorando la situación de los derechos humanos, que aparecen muy pronto en el proceso de negociación".

También se refirió a la "capacidad de absorción" de la UE, un parámetro que siempre ha figurado entre los criterios de Copenhague, pero que en el caso de las negociaciones con Turquía ha adquirido estatus especial. Reconoció que la Comisión, hoy por hoy, no dispone de "ningún método aritmético" para calcular la capacidad de la Unión para absorber a un nuevo miembro, aunque "sabemos que hay ámbitos en los que es particularmente importante, como la capacidad institucional o la capacidad financiera de la Unión".

En cualquier caso, la UE deberá resolver rápidamente en los próximos años sus propios problemas económicos, institucionales y de financiación, si quiere "volver a funcionar bien, en interés de Europa y del proceso de ampliación". En octubre del año pasado, la Comisión elaboró otro informe de trabajo sobre los desafíos económicos, políticos y financieros que planteaba la adhesión turca, en el que recogía ya los primeros "elementos significativos" para medir esa intangible "capacidad de absorción". "No es nuestra última palabra. En un momento dado, al principio del proceso negociador, tengo la intención –dijo Rehn– de redactar una evaluación más detallada sobre los diferentes desafíos a los que nos enfrentamos, con el fin de suministrar materia prima solvente para que los ciudadanos puedan discutir estos asuntos".

En el marco negociador para Turquía aprobado anoche, los Veinticinco encargan explícitamente a la Comisión que elabore un estudio con el fin de que los ministros de la UE puedan decidir al final si existe la capacidad para absorber al gigante turco. Rehn eludió comentar si el punto de vista de los ciudadanos europeos, mayoritariamente contrario a la adhesión turca, será tenido en cuenta a la hora de determinar la "capacidad de absorción". "Estas vacaciones de verano he podido constatar en Francia y Alemania que hay un cierto cansancio por las ampliaciones de Europa", reconoció, pero "seamos claros –dijo–, hay otros problemas como el paro o la globalización, y los problemas de la UE se encuentran en lo más profundo de su tejido social e industrial", no en el exterior.

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