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El presidente polaco firma el Tratado de Lisboa

El polaco Lech Kaczynski ha firmado en Varsovia el Tratado de Lisboa tras más de un año de oposición al documento, dejando a la República Checa sola en su resistencia. Tras la integración de Irlanda vía referéndum, el checo Vaclav Klaus ha pedido negociar una excepción.

El presidente de Polonia, Lech Kaczynski, ha firmado en Varsovia el Tratado de Lisboa, en un acto en el que estuvo acompañado por los presidentes de la Comisión y del Parlamento Europeo, Jose Manuel Durao Barroso y Jerzy Buzek, y del presidente de turno de la UE, el sueco Fredrik Reinfeldt.

Con esta rúbrica Kaczynski pone fin a más de un año de oposición al documento y sube finalmente a Polonia al tren de la construcción europea, del que ya sólo la República Checa queda al margen como único país que no ha completado el proceso de ratificación.

El Tratado "mejora" el funcionamiento de las instituciones comunitarias, señaló Lech Kaczynski, quien cumplió así su anuncio de ratificar el texto sólo después de que Irlanda lo aceptase en referéndum, algo lo que sucedió la pasada semana, cuando cerca del 70 por ciento irlandeses votaron a favor de la Carta.

 

"Negociar una excepción"

Por su parte, el presidente de República Checa, Vaclav Klaus, afirmó este viernes que su país tiene que negociar una excepción al Tratado de Lisboa para protegerse frente a posibles reclamaciones por propiedades confiscadas tras la Segunda Guerra Mundial y para salvaguardar la soberanía del poder judicial.

Klaus dijo que teme que los potenciales demandantes -tras la guerra se confiscaron propiedades a unos tres millones de alemanes expulsados de Checoslovaquia- puedan sortear el sistema judicial checo si no se establece una excepción al Tratado de Lisboa.

Previamente, el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, había explicado tras reunirse con Klaus que el presidente checo quería que su país quede fuera de la Carta de Derechos Fundamentales incluida en el Tratado de Lisboa para proceder a la ratificación de este documento.

Klaus hizo saber el jueves al primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, que quería que se introdujera una nota a pie de página en el documento antes de proceder a su firma y una vez que el Tribunal Constitucional checo diera su visto bueno, aunque no había especificado de qué trataba la nota.

"Su petición es que para República Checa haya un acuerdo similar (...) al de Polonia y Reino Unido en la ratificación de la Carta de Derechos Fundamentales", explicó Buzek.

El Tratado de Lisboa, una vez ratificado, convierte en legalmente vinculante la Carta de Derechos Fundamentales, ya existente, en todos los Estados miembros salvo en Reino Unido y Polonia, que consiguieron quedarse fuera con el respaldo de los Veintisiete.

Diplomáticos europeos conocedores del proceso legal de la UE indicaron que el Gobierno checo, y no Klaus, podrían pedir a los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete que aprueben una denominada "declaración política" en la cumbre de finales de este mes en Bruselas que podría adjuntarse al tratado. Esto sería similar a las garantías legales que se dieron a Irlanda después de que rechazara el Tratado en el referéndum de junio de 2008.

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