L D (Europa Press) Para Gali, el viaje de un grupo de empresarios canarios, encabezados por los presidentes de sus Cámaras de Comercio y acompañados por Segura y por el senador por Gran Canaria Arcadio Díaz Tejera, “recuerda demasiado a la traición que en 1975 supusieron los Acuerdos de Madrid”, además de “entrar en contradicción con todas las resoluciones de la ONU”.
Brahim Gali, delegado del Frente Polisario en España, recordó que según la ONU el Sáhara Occidental “sigue siendo un territorio en disputa y en proceso de descolonización" y que Marruecos, que ocupó el territorio en 1975, "no tiene ni siquiera el estatus de potencia administradora del mismo”. El responsable del Polisario denunció que “la comunidad internacional ha tratado siempre de resolver el conflicto respetando los legítimos derechos del pueblo saharaui, y no parece que sea esa la intención de esta visita oficialmente avalada por el delegado del Gobierno”.
Además, Gali recalcó que cualquier explotación de los recursos naturales de la región debe hacerse, según la propia ONU, “contando con el pueblo saharaui, pero no mediante tratos con la potencia ocupante que legitimen su invasión”. El representante del Polisario denunció así la apertura de una línea regular entre Las Palmas y El Aaiun para atraer inversiones en el territorio. Gali alertó que “nos reservamos el derecho a emprender todas las acciones que creamos oportunas ante actuaciones ilegales como ésta”.
Por otro lado, Gali quiso hacer un llamamiento al pueblo canario “para terminar con estas provocaciones que desde hace meses efectúan sus Cámaras de Comercio y algunos de sus dirigentes”, porque considera que por este vía Marruecos “intenta llevar al pueblo canario a su terreno”. El representante saharaui añadió que “los canarios son un pueblo hermano del nuestro, y poner fin al chantaje marroquí les sería muy beneficioso, por el contrario, plegarse a los invasores puede ser a la larga para ellos muy perjudicial”.
Gali concluyó que “Marruecos siempre se ha caracterizado por el expansionismo territorial, por lo que un Magreb en el que se respeten nuestros derechos es la única garantía de estabilidad futura en la zona”.