LD (Agencias) El secretario adjunto de Defensa, Paul Wolfowitz dejó entrever un plan de dos administraciones paralelas: una encabezada por estadounidenses y otra por iraquíes. La administración estadounidense en Irak transferiría gradualmente las competencias a los iraquíes, empezando por los servicios públicos, según el “número dos” del Pentágono, quien explicó que el general Tommy Franks, quien comanda las tropas aliadas en Irak, celebrará reuniones con notables iraquíes y con representantes de los otros países que tienen tropas en el país (el Reino Unido y Australia) para tratar de definir la administración inmediata.
Wolfowirz mencionó que la transición hacia un Gobierno de Irak dirigido por los propios iraquíes constará de tres etapas. La primera será gobernada por una Oficina de Reconstrucción y Asistencia Humanitaria, que atenderá las necesidades urgentes de la población. Una vez que los servicios estén funcionando, en una segunda etapa la administración será encargada a una autoridad iraquí interina integrada por miembros de todos los grupos étnicos y religiosos que se encargarán de la reconstrucción política y económica. Como fase final se proyecta un Gobierno iraquí que asumirá el control del país “sobre la base de las elecciones”.
Según la revista estadounidense Time , esas discrepancias enfrentan por un lado a los “duros” encabezados por Rumsfeld y el vicepresidente Dick Cheney y, por el otro, a los “blandos”, con el secretario de Estado, Colin Powell, y la Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA) a la cabeza. El grupo de neoconservadores civiles del Pentágono encabezado por Rumsfeld promueve un enfoque unilateral, en tanto que el de Powell es partidario del internacionalismo y de las alianzas para resolver el caso de Irak. En una propuesta que excluiría al Departamento de Estado de las labores de reconstrucción, Rumsfeld manifestó que en otros conflictos, especialmente el de la Segunda Guerra Mundial, esas tareas han estado a cargo de la defensa.
La publicación menciona que el grupo de Rumsfeld propuso al exiliado Ahmed Chalabi, presidente del Congreso Nacional Iraquí (CNI), quien como “demócrata confiable” se encargaría de la autoridad transitoria en el país. Sin embargo, el Departamento de Estado y la CIA rechazaron la intervención del dirigente y aseguraron que se trata de un charlatán que no ha vivido en Irak desde 1958 y que, por lo tanto, nadie lo conoce. Por otra parte, altos líderes del Pentágono han propuesto que los militares entreguen el poder a los iraquíes en un proceso gradual de democratización del país que debería ser lo más rápido posible, no más de seis meses. Sin embargo, las dos instancias creen que sería posible crear una democracia en seis meses en un país donde nunca ha existido.
Wolfowirz mencionó que la transición hacia un Gobierno de Irak dirigido por los propios iraquíes constará de tres etapas. La primera será gobernada por una Oficina de Reconstrucción y Asistencia Humanitaria, que atenderá las necesidades urgentes de la población. Una vez que los servicios estén funcionando, en una segunda etapa la administración será encargada a una autoridad iraquí interina integrada por miembros de todos los grupos étnicos y religiosos que se encargarán de la reconstrucción política y económica. Como fase final se proyecta un Gobierno iraquí que asumirá el control del país “sobre la base de las elecciones”.
Según la revista estadounidense Time , esas discrepancias enfrentan por un lado a los “duros” encabezados por Rumsfeld y el vicepresidente Dick Cheney y, por el otro, a los “blandos”, con el secretario de Estado, Colin Powell, y la Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA) a la cabeza. El grupo de neoconservadores civiles del Pentágono encabezado por Rumsfeld promueve un enfoque unilateral, en tanto que el de Powell es partidario del internacionalismo y de las alianzas para resolver el caso de Irak. En una propuesta que excluiría al Departamento de Estado de las labores de reconstrucción, Rumsfeld manifestó que en otros conflictos, especialmente el de la Segunda Guerra Mundial, esas tareas han estado a cargo de la defensa.
La publicación menciona que el grupo de Rumsfeld propuso al exiliado Ahmed Chalabi, presidente del Congreso Nacional Iraquí (CNI), quien como “demócrata confiable” se encargaría de la autoridad transitoria en el país. Sin embargo, el Departamento de Estado y la CIA rechazaron la intervención del dirigente y aseguraron que se trata de un charlatán que no ha vivido en Irak desde 1958 y que, por lo tanto, nadie lo conoce. Por otra parte, altos líderes del Pentágono han propuesto que los militares entreguen el poder a los iraquíes en un proceso gradual de democratización del país que debería ser lo más rápido posible, no más de seis meses. Sin embargo, las dos instancias creen que sería posible crear una democracia en seis meses en un país donde nunca ha existido.