L D (EFE) La víctima número 2.000 es el soldado George Alexander, de 34 años, que resultó herido el 17 de octubre en Samarra, a un centenar de kilómetros de Bagdad, y ha fallecido este fin de semana en Texas, indicó un comunicado del Pentágono. Alexander, del primer batallón del 15 Regimiento de Infantería, de la III División de Infantería, fue herido al estallar una bomba junto al vehículo en que viajaba.
La gran mayoría de las víctimas mortales, el 93 por ciento, se ha producido en la guerra frente a las bandas terroristas surgida después de que loa aliados derrocasen el régimen del dictador Sadam Husein, en marzo de 2003.
Poco antes del anuncio oficial, en un largo discurso ante la Asociación de Esposas de Militares en la base de Bolling en Washington, el presidente repitió buena parte de sus argumentos sobre la guerra y aseguró que Irak está haciendo progresos, como demuestra el "sí" a la nueva Constitución, anunciado también este martes. En una aparente alusión a la cifra de soldados muertos, Bush aseguró que "cada pérdida de vidas es algo que rompe el corazón". "La mejor manera de honrar el sacrificio de nuestros caídos es completar la misión y sentar las bases de la paz diseminando la libertad", aseguró el presidente.
Las noticias de nuevas bajas crean el impulso de "limitar las pérdidas sufridas" y decidir la salida de las tropas estadounidenses de Irak, pero una retirada sería "una solución peligrosa" que dejaría el país en manos de los terroristas, declaró. "Esta guerra requerirá más sacrificio, más tiempo y más determinación. Los terroristas son el enemigo más brutal que hemos encarado nunca y no están constreñidos por su conciencia ni por las reglas de la guerra", declaró el presidente.
La gran mayoría de las víctimas mortales, el 93 por ciento, se ha producido en la guerra frente a las bandas terroristas surgida después de que loa aliados derrocasen el régimen del dictador Sadam Husein, en marzo de 2003.
Poco antes del anuncio oficial, en un largo discurso ante la Asociación de Esposas de Militares en la base de Bolling en Washington, el presidente repitió buena parte de sus argumentos sobre la guerra y aseguró que Irak está haciendo progresos, como demuestra el "sí" a la nueva Constitución, anunciado también este martes. En una aparente alusión a la cifra de soldados muertos, Bush aseguró que "cada pérdida de vidas es algo que rompe el corazón". "La mejor manera de honrar el sacrificio de nuestros caídos es completar la misión y sentar las bases de la paz diseminando la libertad", aseguró el presidente.
Las noticias de nuevas bajas crean el impulso de "limitar las pérdidas sufridas" y decidir la salida de las tropas estadounidenses de Irak, pero una retirada sería "una solución peligrosa" que dejaría el país en manos de los terroristas, declaró. "Esta guerra requerirá más sacrificio, más tiempo y más determinación. Los terroristas son el enemigo más brutal que hemos encarado nunca y no están constreñidos por su conciencia ni por las reglas de la guerra", declaró el presidente.