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El Parlamento Europeo aplaza la ampliación del acuerdo aduanero con Turquía por no reconocer a Chipre

El Parlamento Europeo decidió este miércoles aplazar la votación de su dictamen conforme al protocolo adicional que amplía el acuerdo aduanero de Turquía con la UE a los diez nuevos Estados miembros. Esta negativa de la Eurocámara viene motivada por el no reconocimiento de Chipre por Turquía, requisito también fundamental para la adhesión.

El Parlamento Europeo decidió este miércoles aplazar la votación de su dictamen conforme al protocolo adicional que amplía el acuerdo aduanero de Turquía con la UE a los diez nuevos Estados miembros. Esta negativa de la Eurocámara viene motivada por el no reconocimiento de Chipre por Turquía, requisito también fundamental para la adhesión.

L D (EFE) El pleno de la Eurocámara respaldó, por 311 votos a favor, 285 en contra y 11 abstenciones, la propuesta del presidente del Grupo Popular Europeo, el alemán Hans-Gert Poettering, de dejar en suspenso el dictamen dado el no reconocimiento de Chipre por parte del Gobierno turco. Poettering alegó que el Parlamento Europeo no podía pronunciarse sobre el texto, ya que Turquía no está dispuesta a "abrir sus puertos y aeropuertos a Chipre", uno de los diez Estados miembros cubiertos por el protocolo adicional y con el que las autoridades turcas no mantienen relaciones desde 1974.

El presidente del Grupo Socialista, el también alemán Martin Schulz, defendió en cambio la conveniencia de aprobar el dictamen con el fin de influir positivamente en las relaciones turco-chipriotas, pero su posición fue derrotada. La entrada en vigor del Protocolo precisa la ratificación del Parlamento Europeo, aplazada ahora sine die, y también la del Parlamento turco, que abordará la cuestión una vez retome sus trabajos tras la pausa estival, el próximo 13 de octubre.

Sin embargo, la falta de ratificación europea no tiene porqué afectar a la apertura de negociaciones de adhesión con Turquía, prevista para el próximo 3 de octubre, explicó la portavoz de Ampliación de la Comisión Europea, Krisztina Nagy. La firma del protocolo, que no su entrada en vigor, era una de las condiciones exigidas por la Unión Europea a Turquía para abrir sus negociaciones de adhesión el próximo 3 de octubre.

Ankara cumplió el requisito el pasado 29 de julio, pero publicó en paralelo una declaración en la que aclaraba que, pese a la firma, seguía sin reconocer a Chipre. Los Estados miembros de la UE han respondido con una contradeclaración en la que afirman que la posición turca no tiene efectos legales sobre la aplicación del protocolo, lo que implica que Turquía deberá abrir sus puertos y aeropuertos a Chipre, al tiempo que respalda la resolución del conflicto turco-chipriota en el marco de las Naciones Unidas. El Parlamento Europeo aprobó también una resolución reclamando a Ankara esta normalización de relaciones.

Por otra parte, el Parlamento Europeo declara que aunque el objetivo común de las negociaciones es la adhesión, pero son un proceso abierto cuyo resultado no puede ser garantizado de antemano y, si finalmente no se cumplen todos los criterios de Copenhague, será conveniente encontrar un modo de que Turquía "sea anclada en las estructuras europeas por la relación más fuerte posible". Sin embargo, no sólo será el país candidato quien deberá estar preparado para su entrada a la Unión en un plazo de 10 a 15 años, si no que el propio club europeo también requerirá una adaptación. Para empezar, deberá afrontar una reforma constitucional, puesto que "el Tratado de Niza no es una base aceptable para la adopción ulterior de decisiones en cuanto a la adhesión de todo nuevo Estado miembro".
 
Además, la Eurocámara considera que la capacidad de absorber a Turquía, a la vez que se mantiene la dinámica de la integración europea, es un elemento crucial a tomar en cuenta en el interés general de la Unión como Turquía. Las consecuencias presupuestarias de la entrada del gigante turco, reza el texto, no podrán ser evaluadas más que después de que se definan los parámetros de las negociaciones financieras con Turquía en el marco plurianual posterior a 2014. Durante el debate en el pleno, el comisario europeo de Ampliación, Olli Rehn, informó de que ha solicitado al gobierno turco que le dé garantías de que el Protocolo aduanero superará una ratificación rápida de la Asamblea Nacional Turca. "La declaración hecha por el gobierno turco no puede poner en cuestión las obligaciones de Turquía y su cumplimiento del Protocolo. Los turcos saben muy bien que para seguir avanzando tienen que ratificar el Protocolo", manifestó.
 
En nombre de la Presidencia británica, Douglas Alexander, insistió en el mismo tema: "Turquía debe aplicar el Protocolo al 100 por cien en todos los Estados miembros en 2006". Asimismo, observó que "Turquía tiene aún mucho que hacer" y, es evidente, que "Turquía no entrará en la Unión inmediatamente, hay 35 capítulos que negociar". Hay que tener en cuenta, dijo, que "la Turquía que en su día podrá entrar en la Unión será distinta a la que conocemos y probablemente la Unión europea también será distinta".
 
Por su parte, el presidente del Grupo Popular, Hans Gert Poettering, fue el más contundente a la hora de exigir a Turquía diferentes cuestiones, en especial, dijo que no pueden desarrollarse las negociaciones si no hay seguridad de que se aplicará a Chipre la libre circulación que se acepta para los demás Estados miembros. "Si después de iniciar las negociaciones con Turquía no hay una mejora de la situación de los derechos humanos y sigue habiendo torturas tenemos que poder suspender las negociaciones", añadió. Respecto a la necesaria reforma constitucional de la Unión, manifestó: "No sólo Turquía tiene que cumplir los requisitos para la adhesión, nosotros tenemos que garantizar nuestra capacidad de adhesión y si no podemos hacerlo, es una irresponsabilidad seguir ampliando porque a la postre tendremos una cosa que no será la Unión".

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