(Libertad Digital) Las protestas contra la presunta acción estadounidense causaron unos 16 muertos (20 según otras fuentes) en Afganistán en enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes, que intentaron en varias ocasiones ocupar oficinas del Gobierno y de organizaciones occidentales. Otros países musulmanes y algunos gobiernos, como los de Pakistán, Arabia Saudí, Yemen y Malasia, condenaron el presunto tratamiento ultrajante del Corán y en muchos países se produjeron violentas manifestaciones.
La gravedad de la noticia acabó con su demesmentido por parte de la revista, pero haciendo caso omiso de estas disculpas realizadas por Newsweek, el diario El País acusa a la administración del presidente George Bush del error de la publicación por ocultación y secretismo y aprovecha en el reportaje de José Manuel Calvo desde Washington para decir que las heridas de la guerra de Irak no están cerradas tal y como se ha demostrado por las protestas en el mundo musulmán y pone en duda la falsedad de la profanación del Corán en Guantánamo.
Calvo se pregunta: “¿Lo publicado responde, a pesar de la rectificación, a hechos ocurridos, o se trata sólo de acusaciones que se inscriben en una estrategia ya probada? ¿O bien coinciden las dos cosas? Desde el año pasado, los presos de Guantánamo han incluido en sus pliegos de cargos "informes creíbles de humillaciones religiosas", según el Centro de Derechos Constitucionales de Nueva York, uno de los organismos que asesora legalmente a los detenidos”. La información da la vuelta a la historia y explica que “aunque el semanario se retractó de la información el lunes -en dos tiempos, y bajo la presión de la Casa Blanca- y el Pentágono afirma que los militantes de Al-Qaeda tiene la consigna de hacer las denuncias de las profanaciones, el interés de las decenas de miles de personas que se han sentido ofendidas ya no es saber si fue verdad o no, sino que se haya publicado”.
Por lo que respecta al editorial, podría ser aún peor. El País trata de restar importancia a lo publicado por la revista diciendo que era una minihistoria –Newsweek Periscope–, un suelto, que si ha tenido tanta importancia es por las heridas de la guerra de Irak.
El editorial, titulado “Pagar el pato” dice textualmente:
“La revista Newsweek se ha retractado de una minihistoria, publicada el 9 de mayo, según la cual una investigación interna había descubierto profanaciones del Corán por parte de interrogadores estadounidenses en la prisión militar de Guantánamo, calabozo extraterritorial de presuntos terroristas islamistas. La revista, que afirma ahora no poder verificar suficientemente la información, se desdice tras intensas presiones políticas y después de que su eco provocara protestas en diferentes países musulmanes y una grave explosión de violencia en Afganistán, con casi una veintena de muertos.
Los responsables del influyente semanario estadounidense pueden haber obrado con ligereza al avalar su texto, un breve suelto en una sección miscelánea, con una sola fuente anónima, un alto funcionario que una vez iniciado el escándalo se ha mostrado dubitativo respecto de sus datos. Quizá tampoco hayan calibrado el alcance eventual de su nota en un mundo musulmán hipersensibilizado y radicalizado por los casos de Irak y Afganistán; un mundo que considera el Corán literalmente la palabra de Dios y cuya reverencia por el libro se extiende a cada uno de sus ejemplares.
Pero pretender cargar al mensajero con la sangre vertida y el desprestigio estadounidense es un supremo ejercicio de cinismo por parte del Pentágono, el Departamento de Estado y la Casa Blanca. Responsable último del desaguisado es un Gobierno que mantiene una política informativa rigurosamente opaca en temas de terrorismo y que además permite la existencia de una prisión como Guantánamo, un limbo legal al margen de cualquier convención civilizada, donde los militares de EE UU hacen y deshacen, sin más control que el suyo propio, con los cientos de sospechosos islamistas allí internados. De otra parte, no son novedad este tipo de denuncias. Hay, en concreto, dos demandas de ex presos de Guantánamo contra guardianes por supuestas vejaciones del libro sagrado musulmán.
El caso de Newsweek no es el primero ni será el último de estas características que podría evitarse con información oficial transparente. La penumbra en EE UU sobre temas de terrorismo, cada vez más espesa, fuerza a los medios a buscar procedimientos oblicuos para sustentar sus historias. Y sería ingenuo pensar que un arma como el suelto de Newsweek iba a ser desaprovechada por la agitación integrista. No es casualidad que el uso más demagógico del episodio ahora desmentido se haya hecho en Afganistán, un país que se tambalea pese a la presencia militar estadounidense, donde Al-Qaeda y sus secuaces tienen todavía gran fuerza, y cuyo presidente, firme aliado de Washington, tiene serias dificultades para asentar su poder más allá de la capital”.
El origen de la información fueron las declaraciones de un alto funcionario de los EEUU que "sabía del asunto" y que era una fuente "antigua y confiable" del periodista Michael Isikoff, según un reportaje que aparece en la edición del lunes. Otro periodista de la publicación mostró un borrador de la columna de Isikoff a un alto funcionario del Pentágono para confirmar la información. Este puso objeciones a otro aspecto de la noticia, pero no a los datos sobre el incidente del Corán.
La revista indicó que ese funcionario "no quiso engañar, sino que carecía del conocimiento detallado" del informe al que hacía referencia Isikoff. El viernes, el portavoz del Pentágono, Lawrence Di Rita, llamó por teléfono a los responsables de la publicación para quejarse y dijo que una investigación sobre el caso no había descubierto ninguna alegación de profanación del Corán. El sábado Isikoff habló con su fuente de nuevo. El funcionario dijo que recordaba "claramente" haber leído informes que mencionaban el uso inadecuado del libro sagrado, entre ellos el incidente del inodoro. No obstante, ya no estaba seguro de que fuese en el informe sobre el que le preguntó Isikoff. Cuando fue informado de esta respuesta, Di Rita replicó: "Han muerto personas por lo que ha dicho este hijo de puta... ¿Cómo puede tener credibilidad ahora?"