L D (EFE) El rotativo comenta la situación en Cuba con motivo de los debates de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra y al cumplirse un año de la oleada represiva de marzo y abril de 2003, que concluyó con la detención y encarcelamiento de 75 disidentes.
El NYT recuerda el caso de Adolfo Fernández Sainz. Traductor, periodista y defensor de la democracia en Cuba, fue condenado por la dictadura castrista a 15 años de cárcel. Comparte celda con 47 presos comunes.
Los crímenes de los periodistas, economistas y defensores de los derechos humanos condenados van desde escribir para sitios web del extranjero hasta crear bibliotecas independientes o reunir firmas, conforme a la Constitución cubana, para pedir un referéndum sobre reformas fundamentales (el Proyecto Varela), explica el periódico neoyorquino.
"Cuba no se contenta" con privar a estas personas de libertad, en algunos casos a perpetuidad, sino que los mantiene encarcelados en terribles condiciones, agrega. Y prosigue: "Tristemente, las críticas del exterior a la represión del Gobierno cubano han sido silenciadas". El NYT recuerda, además, que el año pasado la Comisión de Derechos Humanos de la ONU rechazó una resolución que condenaba la represión en Cuba. "En su lugar, la comisión aprobó una declaración suave" pidiendo la visita a la Isla de un experto en derechos humanos. "Cuba, simplemente, no le ha dejado entrar".
La Comisión vuelve a tener en la mesa un proyecto de resolución de condena, que según Cuba ha sido elaborado por Estados Unidos. El NYT dice que la impopularidad del presidente estadounidense George W. Bus no debería impedir que la comunidad internacional reconozca la verdad sobre la situación en Cuba.
El NYT recuerda el caso de Adolfo Fernández Sainz. Traductor, periodista y defensor de la democracia en Cuba, fue condenado por la dictadura castrista a 15 años de cárcel. Comparte celda con 47 presos comunes.
Los crímenes de los periodistas, economistas y defensores de los derechos humanos condenados van desde escribir para sitios web del extranjero hasta crear bibliotecas independientes o reunir firmas, conforme a la Constitución cubana, para pedir un referéndum sobre reformas fundamentales (el Proyecto Varela), explica el periódico neoyorquino.
"Cuba no se contenta" con privar a estas personas de libertad, en algunos casos a perpetuidad, sino que los mantiene encarcelados en terribles condiciones, agrega. Y prosigue: "Tristemente, las críticas del exterior a la represión del Gobierno cubano han sido silenciadas". El NYT recuerda, además, que el año pasado la Comisión de Derechos Humanos de la ONU rechazó una resolución que condenaba la represión en Cuba. "En su lugar, la comisión aprobó una declaración suave" pidiendo la visita a la Isla de un experto en derechos humanos. "Cuba, simplemente, no le ha dejado entrar".
La Comisión vuelve a tener en la mesa un proyecto de resolución de condena, que según Cuba ha sido elaborado por Estados Unidos. El NYT dice que la impopularidad del presidente estadounidense George W. Bus no debería impedir que la comunidad internacional reconozca la verdad sobre la situación en Cuba.