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El Ministerio de Defensa amonestó a Kelly tras conocer sus contactos con la BBC

Varios altos cargos del Ministerio británico de Defensa amonestaron al científico David Kelly tras admitir éste que había mantenido contactos con el reportero de la cadena pública BBC Andrew Gilligan, según explicó al juez James Hutton, Bryan Wells, jefe directo del experto en armas de destrucción masiva.

LD (Agencias) Este jueves ha comparecido Bryan Wells ante el magistrado James Hutton para dar cuenta del trato que recibió el experto por parte de sus superiores cuando se sospechó que podía ser la fuente de la noticia difundida en mayo por Gilligan, que acusaba al Gobierno de haber manipulado los datos sobre las supuestas armas de Irak para justificar la guerra.

Bryan Wells, jefe de la sección de contra-proliferación y control de armas del ministerio, fue interrogado sobre la reunión mantenida el 4 de julio entre él mismo, David Kelly y el director del personal de Defensa, Richard Hatfield. Por entonces Kelly ya había admitido contactos no autorizados con Gilligan, y sus superiores querían averiguar exactamente qué le había contado, explicó Wells al tribunal. Tras dar el científico su versión de la conversación, Hatfield le advirtió de que otro contacto no autorizado con la prensa podría tener graves consecuencias. Según Wells, el científico -que, en general, contaba con permiso del ministerio de Exteriores, entre otras instituciones para las que trabajaba, para hablar con la prensa- no reaccionó a esta amenaza y "mantuvo la compostura". Además, el director de personal le adelantó que recibiría una carta de su parte en la que quedaría expresado "malestar por su conducta".

Kelly recibió el documento el 14 de julio. Hatfield descartaba tomar una medida disciplinaria, en ese momento, por considerar que el contacto con el periodista de la BBC no se había hecho "con mala intención". Pero señalaba que fue "particularmente inapropiado". El científico se había excusado diciendo, primero, que no creía ser la fuente principal de Andrew Gilligan, ya que sus comentarios al reportero diferían en gran parte de la noticia que éste elaboró después. Y segundo, que jamás pretendió "perjudicar al Gobierno". De hecho afirmó incluso que "simpatizaba" con la idea de atacar Irak.

Hatfield le advirtió de que su nombre podría darse a conocer en público como "topo" de la BBC -algo poco habitual tratándose de un funcionario-, en un momento en el que la cadena pública y el Ejecutivo mantenían un duro pulso. Según Wells, el científico no mostró ninguna inquietud "física o verbal" ante esta perspectiva. También le anunció que su viaje a Irak previsto sería pospuesto un tiempo.

Tras esta reunión, e incluso después de otra posterior, Wells sacó la conclusión de que Kelly no era la fuente principal de la noticia de Gilligan, según dijo a James Hutton, que investiga la muerte del experto en un aparente suicidio. Días más tarde, el científico fue informado de que debía declarar ante la comisión parlamentaria que por entonces investigaba las decisiones del Gobierno durante la crisis iraquí. "Si se me pide que lo haga, lo haré", comentó Kelly a Wells.

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