L D (Jesús Lozano-EFE) "Mamá, creo que la guerra ha terminado para mí porque, cuando vengan las tropas y la ayuda humanitaria que envía España, vamos a necesitar gente que hable español". Así explicaba el infante de Marina británico Alex Grant a su madre, la española Inmaculada Brugada, su situación desde el puerto iraquí de Um Qasr. Desde que el 15 de febrero saliera de Gran Bretaña hacia el Golfo, Alex había escrito y telefoneado con cierta regularidad, pero sus padres, que viven en Alicante, no supieron nada de él durante los primeros diez días de la guerra.
"Ahora me he quedado más tranquila, pero hemos pasado un calvario espantoso porque, cuando un chico de 18 años se mete en una cosa de éstas, nunca te esperas que va a acabar en guerra", explica Inmaculada Brugada al recordar cómo su hijo se alistó en los "Royal Marines", hace tres años. "Lo único que pido es un poco más de solidaridad con las tropas aliadas, que al fin y al cabo se están jugando la vida y, aunque no estuviera mi hijo, también y que se termine esta guerra lo antes posible", dice Inmaculada. Por supuesto que preferiría que su hijo no hubiera tenido que ir, pero una vez en Irak "hay que apoyarlo y hay que estar con ellos, porque, si no, con quién estás".
"Francamente –continúa–, cada vez que veo un niño iraquí herido, como todas las personas, me estremezco porque son unas escenas tremendas, pero que de eso a que los aliados sean asesinos, entre los cuales está mi hijo, que es el niño más bueno del mundo..., que no es así, que no es justo, que los otros también matan". Hijo de un ex paracaidista del Ejército británico y una española, Alex Grant, que tiene ahora 21 años, sirve en fuerzas de elite británicas, el comando número 42 de los infantes de la Marina Real. Aunque sólo tiene la nacionalidad británica, "él dice que es español", asegura su madre.
Se crió en España, pero su familia se trasladó después a Inglaterra, donde vivió bastantes años. Alex cursaba estudios equivalentes al BUP, pero era "mal estudiante", reconoce su madre. Vivía con sus padres y tres tardes por semana trabajaba en un negocio de hostelería para sacar un "dinerillo", hasta que un día su padre le dijo: "¿Qué vas a hacer si no quieres estudiar, por qué no te metes en los "marines" en vez de estar perdiendo el tiempo?"
Las pruebas son "las más duras del mundo", tanto las físicas como las psicológicas, y se desarrollan durante nueve meses de entrenamiento, señala Inmaculada. La primera lengua de Alex era el español y su inglés estaba "un poco flojo", pero al final superó todos los exámenes y se alistó por un período mínimo de cuatro años. "En noviembre, que hace cuatro años, igual se sale, porque en vista de que cómo se está poniendo el mundo, que es horrible que haya otra guerra, que la habrá, será Corea del Norte o no sé; sí, porque el terrorismo está en todos los lados, y ójala que esto sirva para algo".
"Creo –prosigue Inmaculada– que sí ha estado en combate, pero no me lo puede decir por teléfono ni por carta. Hace tres horas me ha dicho que cree que para él la guerra ha terminado porque está en una base de la ONU y en Um Qasr, que es justo el sur, donde van a entrar todos los barcos". La familia Grant Brugada tiene cuatro hijos más: un chico, que es pianista y vive en Inglaterra, donde también reside una hija; otra en Madrid y la pequeña, de 14 años, con sus padres en Alicante.
"Yo estoy en contra de todas las guerras del mundo, pero me parece muy injusto que en España sea ahora ésta la única guerra del mundo; aquí no ha habido otra guerra más que la de Aznar y, francamente, eso no es justo, porque Aznar, más o menos, podremos opinar que se ha pasado un pelín o no, pero de eso a llamarle asesino..., por favor en qué país vivimos".
"Ahora me he quedado más tranquila, pero hemos pasado un calvario espantoso porque, cuando un chico de 18 años se mete en una cosa de éstas, nunca te esperas que va a acabar en guerra", explica Inmaculada Brugada al recordar cómo su hijo se alistó en los "Royal Marines", hace tres años. "Lo único que pido es un poco más de solidaridad con las tropas aliadas, que al fin y al cabo se están jugando la vida y, aunque no estuviera mi hijo, también y que se termine esta guerra lo antes posible", dice Inmaculada. Por supuesto que preferiría que su hijo no hubiera tenido que ir, pero una vez en Irak "hay que apoyarlo y hay que estar con ellos, porque, si no, con quién estás".
"Francamente –continúa–, cada vez que veo un niño iraquí herido, como todas las personas, me estremezco porque son unas escenas tremendas, pero que de eso a que los aliados sean asesinos, entre los cuales está mi hijo, que es el niño más bueno del mundo..., que no es así, que no es justo, que los otros también matan". Hijo de un ex paracaidista del Ejército británico y una española, Alex Grant, que tiene ahora 21 años, sirve en fuerzas de elite británicas, el comando número 42 de los infantes de la Marina Real. Aunque sólo tiene la nacionalidad británica, "él dice que es español", asegura su madre.
Se crió en España, pero su familia se trasladó después a Inglaterra, donde vivió bastantes años. Alex cursaba estudios equivalentes al BUP, pero era "mal estudiante", reconoce su madre. Vivía con sus padres y tres tardes por semana trabajaba en un negocio de hostelería para sacar un "dinerillo", hasta que un día su padre le dijo: "¿Qué vas a hacer si no quieres estudiar, por qué no te metes en los "marines" en vez de estar perdiendo el tiempo?"
Las pruebas son "las más duras del mundo", tanto las físicas como las psicológicas, y se desarrollan durante nueve meses de entrenamiento, señala Inmaculada. La primera lengua de Alex era el español y su inglés estaba "un poco flojo", pero al final superó todos los exámenes y se alistó por un período mínimo de cuatro años. "En noviembre, que hace cuatro años, igual se sale, porque en vista de que cómo se está poniendo el mundo, que es horrible que haya otra guerra, que la habrá, será Corea del Norte o no sé; sí, porque el terrorismo está en todos los lados, y ójala que esto sirva para algo".
"Creo –prosigue Inmaculada– que sí ha estado en combate, pero no me lo puede decir por teléfono ni por carta. Hace tres horas me ha dicho que cree que para él la guerra ha terminado porque está en una base de la ONU y en Um Qasr, que es justo el sur, donde van a entrar todos los barcos". La familia Grant Brugada tiene cuatro hijos más: un chico, que es pianista y vive en Inglaterra, donde también reside una hija; otra en Madrid y la pequeña, de 14 años, con sus padres en Alicante.
"Yo estoy en contra de todas las guerras del mundo, pero me parece muy injusto que en España sea ahora ésta la única guerra del mundo; aquí no ha habido otra guerra más que la de Aznar y, francamente, eso no es justo, porque Aznar, más o menos, podremos opinar que se ha pasado un pelín o no, pero de eso a llamarle asesino..., por favor en qué país vivimos".