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El Gobierno lituano confía en la destitución de Paksas para evitar el "aislamiento internacional"

El Parlamento de Lituania ha comenzado este lunes el proceso de destitución del presidente Rolandas Paksas, acusado de violar la Constitución y de mantener vínculos con la mafia rusa. El proceso se abre a dos meses para la entrada del país en la Unión Europea y a las mismas puertas de su adhesión a la OTAN.

LD (EFE) Con esta sesión extraordinaria entra en su recta final la crisis política más grave que ha sufrido Lituania desde su independencia de la URSS, en una enmarañada trama de mafia y espías rusos, funcionarios corruptos y un presidente ambicioso dispuesto a pactar con el diablo para mantenerse en el poder.

El informe de la Comisión Especial parlamentaria, que el pasado 19 de febrero dio pie a la posible destitución de Paksas, acusa al presidente del país de violar su juramento a la Constitución y da por auténticas las informaciones que le relacionan con empresarios rusos de dudosa reputación a quienes habría revelado secretos estatales.

Está previsto que las audiencias parlamentarias sobre su destitución, presididas por el jefe del Tribunal Supremo lituano, Vytautas Greicius, se alarguen hasta abril, cuando una votación final decidirá si es cesado. Además, el caso será examinado el próximo 16 de marzo por el Tribunal Constitucional, adonde ha sido remitido el informe de la Comisión Especial parlamentaria que, entre otros cargos, acusa a Paksas de "violar su juramento a la Constitución"

El escándalo estalló el pasado mes de octubre, cuando el canal privado de televisión LNK reveló que, según los servicios secretos lituanos, Paksas y sus asesores otorgaban favores a empresas rusas vinculadas con la mafia. A cambio de información privilegiada, que incurriría en la revelación de secretos de Estado, y de diversas prebendas, esos empresarios habrían contribuido con 400.000 dólares a la campaña electoral que llevó a Paksas a la presidencia. Según los cargos, Paksas concedió ilegalmente la nacionalidad lituana al "mecenas" de su campaña, el empresario ruso Yuri Borisov, quien ha sido acusado de exportar armas a Sudán y de cuya empresa se sospecha que puede ser una tapadera para el espionaje ruso.

El Departamento de Seguridad del Estado (VSD) confirmó estos datos y añadió que Paksas filtró información secreta que utilizó Borísov para beneficio de sus empresas. El empresario ruso llegó a amenazar al presidente lituano para que los asesores de éste pagaran con otras "dádivas" sus favores financieros electorales. El Tribunal Constitucional ya dictaminó que Paksas infringió la Constitución cuando entregó la nacionalidad lituana a Borisov. Una anterior investigación parlamentaria había declarado al presidente "vulnerable" ante la presión de grupos de intereses y había subrayado que no garantizó la protección de secretos de Estado.

Según la Comisión Especial Parlamentaria que dio luz verde al proceso de destitución, Paksas "influyó ilegalmente en la actividad económica de empresas privadas", "confundió los intereses públicos con los privados" y "alteró el funcionamiento normal de las instituciones estatales". La Comisión señala, además, que Paksas "ejerció su cargo con negligencia y no delimitó las competencias de los funcionarios de su Administración, lo que les permitió abusar de sus facultades". Paksas ha alegado que su proceso legislativo tiene motivaciones políticas. El escándalo Paksas no sólo ha conmovido los cimientos de la vida política lituana, sino que ha provocado estupor en las instituciones europeas en las que Lituania pretende ingresar en mayo.

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