LD (EFE) El paso fronterizo de Erez, donde trabajan palestinos y judíos en decenas de fábricas y talleres, fue cerrado la última vez tras la eliminación del líder de la organización terrorista Hamas, Ahmed Yasín, y otras ocho personas, en un ataque de la Fuerza Aérea israelí.
Los demás obreros palestinos de Gaza que suelen ganarse la vida trabajando en Israel, unos 10.000, siguen afectados por el cierre de los accesos desde Gaza y Cisjordania por temor a ataques palestinos para vengar la muerte de Yasín. En este último territorio, la prohibición perjudica a decenas de miles de trabajadores.