LD (Agencias) José Luis Rodríguez Zapatero aseguró en el Senado que será "firme e inflexible" con el Ejecutivo de Venezuela en la defensa de los derechos de los españoles residentes en este país. El PP ha venido denunciando que más de doscientas familias viven amedrentadas y más de cuatro mil hectáreas han sido invadidas por parte de grupos que se autoprocleman "bolivarianos". Esa actuación, dice, cuenta con la "connivencia y el beneplácito" del Gobierno de Hugo Chávez, mientras el Ejecutivo español tardó "diez meses" en reaccionar.
En su oportunidad, el portavoz del PP, Pío García Escudero, preguntó en el Senado: "¿A qué espera usted para presentar una protesta formal ante el Gobierno venezolano por todos estos gravísimos hechos?. Por mucho menos que esto, Italia ya lo ha hecho. ¿A qué espera usted para presentar y para exigir que las tierras ocupadas ilegalmente a los españoles les sean devueltas?". Dijo también que Chávez está legalizando los "expolios" y precisó que no puede hablarse de mediación con el Gobierno venezolano porque no se trata de procedimientos legales, sino de "maquillaje legal de actos violentos e ilegales"..
García Escudero acusó al presidente de "pasividad" ante los ataques sufridos por los españoles en Venezuela por su "química personal" con el presidente de este país, Hugo Chávez. Además, le recordó que los propios afectados han denunciado en varias oportunidades que el embajador de Madrid ante Caracas, Raúl Moroto no ha querido defender sus intereses. En esa representación, aseveró, "hacen falta ceses inmediatos, no sé si uno, dos o tres".
La defensa del embajador
Zapatero respondió que su Gobierno va a ser "firme, que va ser inflexible con el Gobierno de Venezuela" y enumeró, además, una serie de actuaciones que, a su juicio, demuestran la gran atención que está dedicando el Ejecutivo a resolver la situación que viven algunos propietarios de tierras españoles en Venezuela. Aseguró ser plenamente consciente de los problemas y necesidades de esos españoles y dijo que prueba de ello es el reforzamiento del consulado de Caracas y la próxima puesta en marcha de otro consulado en Valencia, lo que contrastó con la situación heredada del anterior Gobierno.
El mandatario explicó que ante los casos serios que afectan a la integridad y bienes de los españoles, el Gobierno ha actuado "sin ahorrar esfuerzos" pese a las dificultades existentes ante una cuestión sobre legislación de tierras que corresponde a la soberanía nacional de un país. Zapatero defendió la trayectoria y profesionalidad del embajador de España en Venezuela, Raúl Morodo, frente a las acusaciones que realizó en su intervención el portavoz del PP, quien lo calificó de "embajador político con carné del PSOE" y al que acusó de ser "complaciente hasta la humillación con el régimen de Chávez".
Zapatero recordó que algunos propietarios están aceptando indemnizaciones a cambio del abandono de sus tierras en Venezuela y el Gobierno debe respetar esas decisiones, al tiempo que les apoya y les facilita información. Enseguida, dio lectura a un escrito en el que los afectados han reconocido la labor de su administración.
Morodo y su "chavismo a ultranza"
En la misma sesión, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, defendió la labor de Morodo y afirmó que su objetivo es impulsar la institucionalización de la democracia en aquel país. El ministro respondía así al representante del PNV Iñaki Anasagasti, quien cuestionó al diplomático español destacado en Venezuela por "su falsa sensibilidad y su chavismo a ultranza". Recordó que en una carta, cuatrocientos dirigentes, políticos y académicos "chavistas" le han dirigido una carta acusándole de "intromisión" en asunto internos venezolanos y de ser "obsequioso" con el poder político.