LD (Agencias) Junto al jefe local, Rahmatula Niazi, fueron cesados y trasladados a otras zonas del país varios responsables de la Policía de Queta, después de que líderes chiítas de la ciudad les acusaran de no proteger a su comunidad, de la etnia minoritaria hazara, que vive en ambos lados de la frontera afgano-paquistaní. Hasta el momento, unas veinte personas han sido detenidas en relación con el suceso, del que no se ha responsabilizado ningún grupo.
Aunque en principio se atribuyó el atentado a alguna organización radical armada musulmana suní de Pakistán, los propios líderes chiítas, tras ver en el depósito de cadáveres los cuerpos de los suicidas que cometieron el atentado, afirmaron que "no son de aquí, son miembros de Al-Qaeda". De este modo señalaban que pueden ser miembros de la organización terrorista islámica internacional que encabeza el saudí Osama ben Laden, compuesta sobre todo por árabes de los que aún quedan muchos refugiados en la zona fronteriza entre Pakistán y Afganistán, donde se encuentra Queta.
El sábado pasado, el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, señaló que podía haber una "mano extranjera" entre los organizadores del atentado y, en las últimas horas, el primer ministro, Mir Zarafullá Jan Jamali, ha reiterado esa posibilidad, pero hacer sin precisiones. En ocasiones precedentes, al hablar de una "mano extranjera" en el terrorismo, las autoridades de Islamabad se han referido a una posible participación de los servicios secretos de la India, pero esta vez parecen aludir al derrocado régimen talibán afgano o miembros de Al-Qaeda.
Aunque en principio se atribuyó el atentado a alguna organización radical armada musulmana suní de Pakistán, los propios líderes chiítas, tras ver en el depósito de cadáveres los cuerpos de los suicidas que cometieron el atentado, afirmaron que "no son de aquí, son miembros de Al-Qaeda". De este modo señalaban que pueden ser miembros de la organización terrorista islámica internacional que encabeza el saudí Osama ben Laden, compuesta sobre todo por árabes de los que aún quedan muchos refugiados en la zona fronteriza entre Pakistán y Afganistán, donde se encuentra Queta.
El sábado pasado, el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, señaló que podía haber una "mano extranjera" entre los organizadores del atentado y, en las últimas horas, el primer ministro, Mir Zarafullá Jan Jamali, ha reiterado esa posibilidad, pero hacer sin precisiones. En ocasiones precedentes, al hablar de una "mano extranjera" en el terrorismo, las autoridades de Islamabad se han referido a una posible participación de los servicios secretos de la India, pero esta vez parecen aludir al derrocado régimen talibán afgano o miembros de Al-Qaeda.