La ministra de Comunicacion, Marie Laurence Lassec, puntualizó hoy en rueda de prensa en Puerto Príncipe que equipos haitianos, mexicanos y dominicanos siguen trabajando en la búsqueda de supervivientes, y pronosticó que antes del lunes se habrán encontrado ya 150.000 cadáveres.
El ministerio del Interior hizo público ayer un comunicado en el que se citaba la cifra de 111.499 fallecidos, pero Lassec aseguró hoy que "desgraciadamente pensamos que van a aparecer 150.000 cadáveres" antes de que termine el domingo.
Contradice a la ONU
Una información que contradice el comunicado que ha ofrecido este mismo sábado la Organización de Naciones Unidas, que insiste en que el Gobierno haitiano había decidido suspender
En cuanto a los planes para reubicar a los 610.000 desplazados -en su mayor parte en Puerto Príncipe-, la ministra aclaró que "no hemos empezado a desplazarlos", y se limitó a precisar que se construirán dos grandes campamentos para ellos, sin identificar el lugar.
"Nos hacen falta tiendas para alojar a toda esta gente", aclaró la ministra para explicar la tardanza con la que se está actuando para clausurar los cerca de 500 campamentos improvisados en plazas y jardines de todo el país y que carecen de las más elementales normas higiénicas.
Para hoy esta también prevista una reunión entre el gobierno y las agencias de la ONU cuya finalidad es resolver discrepancias con respecto a los desplazamientos, aunque la ministra no quiso entrar en detalles sobre el motivo de las diferencias.
Por su parte, el coordinador nacional para las cuestiones de Salud, Claude Surrena, aseguró que la atención hospitalaria ha mejorado mucho y los centros médicos, aunque estén superpoblados, tienen personal médico y suficiente stock de medicamentos.
Sin embargo, Surrena citó dos problemas: los haitianos que, una vez curados y listos para recibir el alta hospitalaria, no tienen adonde ir por haber perdido su casa, y que continúan ocupando una cama mientras se construye algún centro para garantizar los cuidados post operatorios y el de una correcta alimentación.
A todo ello se añade el hecho de que un número indeterminado de personas huyeron heridas de la capital en los pasados días y se encuentran alojadas por familiares y amigos sin haber recibido los cuidados necesarios.
Este sábado, once días después del terremoto, volvieron a funcionar los bancos en la capital haitiana: 42 agencias bancarias abrieron sus puertas y formaron enormes colas de usuarios en varios lugares de la capital, pero sin dar lugar a incidentes de importancia.
El presidente de la Asociación de la Banca Privada, Maxime Charles, precisó a Efe que los únicos bancos que no abrieron fue porque tenían graves daños en sus sedes, y añadió que en las provincias ya funcionan las agencias bancarias desde el pasado jueves sin problemas.
Charles se mostró partidario de ampliar el límite de 2.500 dólares que cada haitiano puede retirar, dada la tranquilidad con que transcurren estas primeras jornadas de apertura bancaria. Discretamente escoltados por policías de la Misión de la ONU para la Estabilización de Haití (MINUSTAH), los bancos abrirán sus puertas también, y de forma excepcional, durante la jornada del domingo.
En el terreno diplomático, hoy llegó a Puerto Príncipe el canciller brasileño Celso Amorim, para ofrecer al gobierno haitiano la mejor disposición de su país a participar no solo en las tareas de emergencia, sino igualmente en la reconstrucción de Haití. Amorim dijo a los periodistas que su país ya ha aprobado una ayuda de emergencia "en efectivo" de 15 millones de dólares, de los que cinco ya están en manos de la ONU.
Aunque insistió en que es difícil cuantificar las diferentes partidas llegadas para una u otra tarea, pronosticó que la ayuda destinada a la reconstrucción puede llegar a la misma cifra. El canciller brasileño dijo que su país está especialmente interesado en ayudar a la reconstrucción institucional, pues "es importante que haya una percepción de que hay un gobierno que controla la situación".
En este sentido, expresó al primer ministro Jean Max Bellerive la disposición de Brasil de ayudar en la formación de cuadros para la administración haitiana, ya que el gobierno de este país ha perdido a un gran número de funcionarios en el devastador terremoto.