LD (EFE) Wang Peng, responsable del museo que muestra las ruinas de las llamada "Unidad 731", "vamos a solicitar ese estatus para que más gente en el mundo conozca la verdad y recuerde las barbaridades que causan las guerras".
El lugar, situado a veinte kilómetros al sur de Harbin, capital de la provincia china de Heilongjiang, en el extremo noreste del país, es un memorial que muestra cómo médicos militares y soldados japoneses utilizaron a civiles para sus experimentos.
El diario oficialista chino China Daily defiende la propuesta -que supondría llevar el contencioso histórico entre China y Japón a la UNESCO- argumentando que no sería la primera vez que unas ruinas de la Segunda Guerra Mundial forman parte del Patrimonio Mundial de esa organización dependiente de la ONU. De hecho, el campo de concentración nazi de Auschwitz, en Polonia, fue uno de los primeros lugares en entrar en la lista, en 1979. El Memorial por la Paz de Hiroshima, que recuerda la bomba atómica que asoló la ciudad japonesa en agosto de 1945, fue incluido en el patrimonio de la UNESCO en 1996.