L D (EFE) Por ese motivo, el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, se declaró decepcionado, aunque destacó que las intensas negociaciones que se desarrollan entre bastidores podrían aún dar algún fruto. "Si no restauramos las instituciones (de autogobierno) éstas se colapsarán. Esa es la realidad ante la ausencia de alguna otra idea innovadora", dijo Ahern, quien tenía previsto reunirse este domingo con su colega británico, Tony Blair, en Berlín, donde asistieron a los actos conmemorativos del cincuenta aniversario del Tratado de Roma.
No obstante, si contra todo pronóstico Paisley acepta, los cuatro partidos que formarán el Ejecutivo norirlandés -dos protestantes y dos católicos- procederán a elegir, según sus posibilidades, las otras diez carteras que compondrán el nuevo gabinete.
No obstante, si contra todo pronóstico Paisley acepta, los cuatro partidos que formarán el Ejecutivo norirlandés -dos protestantes y dos católicos- procederán a elegir, según sus posibilidades, las otras diez carteras que compondrán el nuevo gabinete.
Tras las pasadas elecciones autonómicas, los moderados Partido Unionista del Ulster (UUP) y el Socialdemócrata y Laborista (SDLP, nacionalista) disponen de dos y un ministro, respectivamente. El resto se reparten entre el DUP, con cuatro, y el Sinn Fein, con tres.
Las posibilidades de que la reunión de la Asamblea de este lunes culmine con éxito son escasas porque más del 90 por ciento de los 120 miembros que forman la ejecutiva del DUP acordaron este sábado retrasar la firma de un pacto de gobernabilidad.
Los más escépticos en el partido de Paisley quieren más tiempo, unas seis semanas, para probar que la reciente decisión del Sinn Fein, brazo político del IRA, de reconocer la autoridad de la Policía y la Justicia norirlandesas es genuina.
El reverendo aspira, además, a mejorar el paquete financiero ofrecido la pasada semana por el ministro británico del Tesoro, Gordon Brown, al futuro gobierno norirlandés para reactivar la maltrecha economía de la provincia.
La apuesta de Paisley también es arriesgada, porque el propio Hain reiteró que en poco más de 24 horas habrá "devolución o disolución". "Podemos abordar la situación a nuestra manera, tal y como venimos sugiriendo, o si no, los partidos pueden hacerlo a su manera, no hay otra alternativa", dijo el ministro.
El titular para el Ulster podría estar dispuesto a escuchar cualquier propuesta alternativa que negocien los partidos, como una nueva fecha para la formación de Gobierno que esté acompañada de un detallado plan de acción para las próximas semanas. En ese escenario, dependerá de la capacidad del DUP para persuadir al resto de las formaciones a que acepten sus planteamientos.
La buena noticia es que los unionistas radicales nunca han dado señales tan claras de que compartirán el poder con los republicanos como durante este fin de semana. La mala, que ambas formaciones jamás han cruzado palabra y la posibilidad de se sienten en la misma mesa para debatir esta cuestión es todavía difícil de imaginar.
A este respecto, el presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, ha instado al reverendo a mantener conversaciones "directas" con todos los partidos, al tiempo que ha pedido a Hain que mantenga la fecha límite del 26 de marzo.
Hain insiste en que si no hay trato entonces, disolverá el recién elegido Parlamento de Belfast y se suspenderán los salarios de sus miembros, al tiempo que pasará a administrar la región en estrecha colaboración con Dublín, opción denostada por los unionistas, pero que no desagrada a los republicanos.
Las posibilidades de que la reunión de la Asamblea de este lunes culmine con éxito son escasas porque más del 90 por ciento de los 120 miembros que forman la ejecutiva del DUP acordaron este sábado retrasar la firma de un pacto de gobernabilidad.
Los más escépticos en el partido de Paisley quieren más tiempo, unas seis semanas, para probar que la reciente decisión del Sinn Fein, brazo político del IRA, de reconocer la autoridad de la Policía y la Justicia norirlandesas es genuina.
El reverendo aspira, además, a mejorar el paquete financiero ofrecido la pasada semana por el ministro británico del Tesoro, Gordon Brown, al futuro gobierno norirlandés para reactivar la maltrecha economía de la provincia.
La apuesta de Paisley también es arriesgada, porque el propio Hain reiteró que en poco más de 24 horas habrá "devolución o disolución". "Podemos abordar la situación a nuestra manera, tal y como venimos sugiriendo, o si no, los partidos pueden hacerlo a su manera, no hay otra alternativa", dijo el ministro.
El titular para el Ulster podría estar dispuesto a escuchar cualquier propuesta alternativa que negocien los partidos, como una nueva fecha para la formación de Gobierno que esté acompañada de un detallado plan de acción para las próximas semanas. En ese escenario, dependerá de la capacidad del DUP para persuadir al resto de las formaciones a que acepten sus planteamientos.
La buena noticia es que los unionistas radicales nunca han dado señales tan claras de que compartirán el poder con los republicanos como durante este fin de semana. La mala, que ambas formaciones jamás han cruzado palabra y la posibilidad de se sienten en la misma mesa para debatir esta cuestión es todavía difícil de imaginar.
A este respecto, el presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, ha instado al reverendo a mantener conversaciones "directas" con todos los partidos, al tiempo que ha pedido a Hain que mantenga la fecha límite del 26 de marzo.
Hain insiste en que si no hay trato entonces, disolverá el recién elegido Parlamento de Belfast y se suspenderán los salarios de sus miembros, al tiempo que pasará a administrar la región en estrecha colaboración con Dublín, opción denostada por los unionistas, pero que no desagrada a los republicanos.