L D (Agencias) El ministro de Interior de Argelia, Yazid Zerhouni, dio a conocer los resultados este viernes por la mañana los resultados de los comicios legislativos de este jueves, gravemente marcados por el escaso índice de participación, 36.5% y las denuncias de fraude. Es por ello por lo que las primeras palabras del ministro fueron dirigidas a legitimar el resultado de las urnas.
En rueda de prensa en Argel, Zerhouni intento sacar hierro al asunto e indicó que la participación había sufrido un descenso del 10% respecto a las de 2002. "Consideramos la participación importante y respetable que los argelinos decidieran de manera lúcida y libre entre las distintas opciones". En este sentido, el titular de Interior intentó escudarse en la escasa participación de los comicios de determinados países europeos, como por ejemplo ocurrió en la votación del Tratado Constitucional en 2005.
Así las cosas, para Zerhouni la tasa de participación electoral muestra la "madurez" de los votantes y negó que la alta abstención supusiese un rechazo al proceso electoral o al seguimiento de los mensajes lanzados por la oposición para boicotear el proceso al considerarlo ineficaz.
El Frente de las Fuerzas Socialistas (FFS) del dirigente histórico Hocine Ait Ahmed hizo el pasado martes un llamamiento a los electores para boicotear el proceso porque, en su opinión, la Cámara Legislativa no cumple su función de control del gobierno sino todo lo contrario está "al servicio del poder", informa EFE.
Si fuera cierto que este llamamiento a la abstención hubiese hecho mella en los electores, sería ciertamente preocupante pues el boicot reclamado por el FFS fue secundado por el jefe de Al Qaeda en el Magreb, Abdelhak Drukel, alias Abu Mussab, y por Ali Belhadj, numero dos del Frente Islámico de Salud (FIS). ¿Quién hizo caso a quién? Sería la inquietante pregunta.
En paralelo a este debate surge otras teorías en las que apuntan un hartazgo de la sociedad ante una democracia tutelada por el Ejército. En 1991, la victoria del grupo islamista del FIS en la primera vuelta de las legislativas fue anulada por la entrada del Ejército, lo que provocó una brutal espiral de violencia fraticida. No fue hasta 1997 cuando se volvieron a celebrar elecciones legislativas abiertas. La cita de este mes de mayo era la tercera desde esa fecha.
Los datos oficiales indican que el partido del primer ministro Abdelaziz Belkhdem aunque renueva su liderazgo con 136 sufre un importante varapalo con una pérdida de una pérdida de 63 representantes respecto 2002.
Sus aliados parlamentarios de Reunión Nacional Democrática (RND) obtuvieron 61 escaños y el Movimiento de la Sociedad por la Paz (MSP) 52. El Partido de los Trabajadores, la única formación encabezada por una mujer, Louisa Hanoun, obtuvo 26 escaños mientras que los independientes alcanzaron 33.