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El exilio critica a la Iglesia cubana por obviar "el dolor que vive el pueblo y los crímenes que se han cometido contra él"

Grupos del exilio cubano han participado este domingo en una vigilia para mantener viva la llama de "un cambio hacia la democracia en Cuba", durante la cual abundaron las críticas a la Iglesia católica cubana por su mensaje sobre la enfermedad del dictador Fidel Castro. "Aquí hay felicidad no porque Fidel Castro se esté muriendo, sino porque (la enfermedad) separó a un dictador del poder", ha dicho Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia. Sánchez ha manifestado que como institución religiosa la Iglesia católica de la isla debe transmitir un mensaje "consolador", pero ésta ha obviado "el dolor que vive el pueblo de Cuba y los crímenes que se han cometido contra él". DEJE EN LD su mensaje de apoyo a los cubanos.

Grupos del exilio cubano han participado este domingo en una vigilia para mantener viva la llama de "un cambio hacia la democracia en Cuba", durante la cual abundaron las críticas a la Iglesia católica cubana por su mensaje sobre la enfermedad del dictador Fidel Castro. "Aquí hay felicidad no porque Fidel Castro se esté muriendo, sino porque (la enfermedad) separó a un dictador del poder", ha dicho Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia. Sánchez ha manifestado que como institución religiosa la Iglesia católica de la isla debe transmitir un mensaje "consolador", pero ésta ha obviado "el dolor que vive el pueblo de Cuba y los crímenes que se han cometido contra él". DEJE EN LD su mensaje de apoyo a los cubanos.
L D (EFE) Sobre el mensaje de la Iglesia católica cubana en el que pidió a Dios que iluminase las mentes de los responsables del gobierno provisional encabezado por Raúl Castro y aliviase los dolores de Fidel Castro en su lecho de enfermo, Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia, dijo que como institución religiosa, la Iglesia católica debe transmitir un mensaje "consolador", pero éste ha obviado "el dolor que vive el pueblo de Cuba y los crímenes que se han cometido contra él", resaltó. "Le falta (al mensaje) un párrafo, la mitad", agregó.

Asimismo, Saúl Sánchez reclamó el derecho de los cubanos de "poder regresar" a Cuba y "luchar por la patria", en una clara alusión a la advertencia de Estados Unidos de impedir la partida de flotillas desde el sur de Florida. Aunque aseguró no desear llevar a cabo "una locura", Saúl Sánchez anunció que zarpará con la flotilla de su organización hacia la isla en el caso de que Raúl Castro "comience la represión contra la oposición interna". También "saldremos enseguida (hacia Cuba) si comienza el resquebrajamiento del régimen para unirnos" a la disidencia interna.

Por su parte, Tomás Rodríguez, director de Agenda Cuba, abogó por "un proceso de transición" y la "liberación inmediata de todos los presos políticos". Rodríguez se decantó por un gobierno transitorio cívico-militar en Cuba del que formen parte "miembros de los movimientos opositores" internos, al tiempo que, "con todo respeto", sostuvo que la Iglesia Católica Cubana debía haber mantenido una posición de "reserva o silencio".

Para Daniel Hernández, catedrático de Estudios Religiosos de la Universidad Internacional de Miami (FIU), la Iglesia católica de Cuba "puede orar por el alma de Castro", pero el mensaje de la "jerarquía" no toca un aspecto fundamental: "la identificación con la libertad del pueblo de Cuba y no tener miedo a hacerlo". "Este no es un momento de cobardía sino de valentía e integridad y la Iglesia católica debe posicionarse al frente de la libertad y la democracia en Cuba", subrayó Hernández. El catedrático opinó que, aun reconociendo "el mensaje de perdón", es una obligación de la Iglesia valorar que se trata de "una dictadura, de un sistema totalitario".
 
El lugar elegido para la vigilia fue el restaurante Versailles, centro neurálgico de cubanos exiliados por culpa de la dictadura, y a todos los participantes se les entregó una rosa blanca como símbolo del espíritu de "lucha pacífica".
 
Entre los asistentes a la vigilia se encontraba Blanca Rojas y Bárbara Rángel, hija y nieta, respectivamente, del general Cornelio Rojas, fusilado a principios de 1959 por las fuerzas revolucionarias. "Lo arrojaron a una zanja después de fusilarle vilmente y jamás entregaron el cuerpo a la familia, ni supimos dónde lo enterraron", recordó con dolor Rojas, de 70 años.

Bárbara Rangel, por su parte, aseguró que la petición de la Iglesia católica cubana de que los fieles ofrezcan oraciones para que Dios acompañe en su enfermedad a Fidel Castro es una prueba de que "está comprada por el comunismo".

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