L D (EFE) "La Cancillería brasileña está estudiando" las peticiones de los disidentes cubanos, dijo Tilden Santiago, quien descartó una reunión del presidente Lula con los opositores en la visita prevista para los próximos viernes y sábado. "Sabemos que ha habido solicitud para el encuentro. Estamos aguardando la definición de cómo responderemos (...), pero Lula adelantó que él, como presidente, no abrazaba esta decisión", explicó el embajador en un encuentro con la prensa.
Varios disidentes cubanos, entre ellos el líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), Oswaldo Payá, han pedido a Lula que se reúna con opositores durante su breve estancia en el país. "La Cancillería estudiará las respuestas que serán dadas", insistió Santiago, quien evitó también pronunciarse sobre la posibilidad de que el mandatario brasileño aborde temas relacionados con Derechos Humanos en las conversaciones privadas que mantendrá con el dictador cubano, Fidel Castro.
Una visita de carácter económico
La visita se enfocará sobre todo en temas económicos y de cooperación, según explicó el diplomático, que rechazó concretar si Lula anunciará en Cuba la concesión de una línea de créditos de hasta 400 millones de dólares del Banco de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil. Santiago sí se refirió a un posible acuerdo para renegociar la deuda cubana con Brasil, que asciende a 40 millones de dólares, y que no se condonará pero podría reducirse mediante un aumento de la importación de vacunas a la isla, compra de barcos, incremento de la participación brasileña en el turismo nacional o reactivación del sector azucarero cubano.
Además, la visita podría agilizar la ejecución del protocolo de intenciones firmado recientemente entre Petrobras y la cubana Cupet, para que la brasileña asuma la reestructuración de la refinería de Cienfuegos, participe en la modernización de otras instalaciones y profundice en las exploraciones en el Golfo de México, donde ya trabajan firmas canadienses y españolas. "El petróleo existe, pero hay que concluir los estudios de viabilidad económica, depende de la cantidad del crudo y de la calidad", agregó Santiago. Lula, que llegará a Cuba el próximo viernes acompañado de una nutrida delegación ministerial y empresarial, se reunirá en privado con Castro en dos ocasiones antes de abandonar la isla, el sábado.
No perjudicará su relación con la UE y EEUU
"Hay una voluntad muy nítida de Lula y Castro por aprovechar el tiempo para negociar", comentó Santiago, quien subrayó el papel del presidente brasileño como figura política en el escenario latinoamericano. "Lula tiene un papel especial para avanzar en la posibilidad de integración latinoamericana (...) y está convencido de la importancia de no dejar a Cuba fuera del concierto de las naciones", dijo el diplomático, en especial en un momento de "presiones" sobre la isla "no solo de Estados Unidos, sino de la Unión Europea".
Santiago descartó que la visita a Cuba pueda perjudicar al líder brasileño a nivel internacional porque "ya tenemos un tamaño expresivo que nos permite ser solidarios con Cuba sin perder las relaciones con EEUU o la Unión Europea. Tenemos expresión suficiente para mantener las dos dimensiones". La visita del presidente brasileño se enmarca en una gira que comenzó esta semana en Nueva York, donde este martes intervino ante la Asamblea General de Naciones Unidas, y que le llevará también a México.
Varios disidentes cubanos, entre ellos el líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), Oswaldo Payá, han pedido a Lula que se reúna con opositores durante su breve estancia en el país. "La Cancillería estudiará las respuestas que serán dadas", insistió Santiago, quien evitó también pronunciarse sobre la posibilidad de que el mandatario brasileño aborde temas relacionados con Derechos Humanos en las conversaciones privadas que mantendrá con el dictador cubano, Fidel Castro.
Una visita de carácter económico
La visita se enfocará sobre todo en temas económicos y de cooperación, según explicó el diplomático, que rechazó concretar si Lula anunciará en Cuba la concesión de una línea de créditos de hasta 400 millones de dólares del Banco de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil. Santiago sí se refirió a un posible acuerdo para renegociar la deuda cubana con Brasil, que asciende a 40 millones de dólares, y que no se condonará pero podría reducirse mediante un aumento de la importación de vacunas a la isla, compra de barcos, incremento de la participación brasileña en el turismo nacional o reactivación del sector azucarero cubano.
Además, la visita podría agilizar la ejecución del protocolo de intenciones firmado recientemente entre Petrobras y la cubana Cupet, para que la brasileña asuma la reestructuración de la refinería de Cienfuegos, participe en la modernización de otras instalaciones y profundice en las exploraciones en el Golfo de México, donde ya trabajan firmas canadienses y españolas. "El petróleo existe, pero hay que concluir los estudios de viabilidad económica, depende de la cantidad del crudo y de la calidad", agregó Santiago. Lula, que llegará a Cuba el próximo viernes acompañado de una nutrida delegación ministerial y empresarial, se reunirá en privado con Castro en dos ocasiones antes de abandonar la isla, el sábado.
No perjudicará su relación con la UE y EEUU
"Hay una voluntad muy nítida de Lula y Castro por aprovechar el tiempo para negociar", comentó Santiago, quien subrayó el papel del presidente brasileño como figura política en el escenario latinoamericano. "Lula tiene un papel especial para avanzar en la posibilidad de integración latinoamericana (...) y está convencido de la importancia de no dejar a Cuba fuera del concierto de las naciones", dijo el diplomático, en especial en un momento de "presiones" sobre la isla "no solo de Estados Unidos, sino de la Unión Europea".
Santiago descartó que la visita a Cuba pueda perjudicar al líder brasileño a nivel internacional porque "ya tenemos un tamaño expresivo que nos permite ser solidarios con Cuba sin perder las relaciones con EEUU o la Unión Europea. Tenemos expresión suficiente para mantener las dos dimensiones". La visita del presidente brasileño se enmarca en una gira que comenzó esta semana en Nueva York, donde este martes intervino ante la Asamblea General de Naciones Unidas, y que le llevará también a México.