L D (EFE) Mohamed Lamari no ha presentado estas declaraciones como una velada intención de violar la prometida neutralidad del Ejército en el proceso electoral.
No obstante, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas argelinas ha agregado que "debe tenerse en cuenta que el Ejército nunca fue y nunca será neutral en aquellos asuntos que comprometan el futuro del país o frente a una amenaza que pusiera en peligro su estabilidad".
La declaración de Lamari parece responder a los insistentes llamamientos de los líderes de la oposición argelina para que los militares intervengan en los comicios presidenciales previstos para mediados de abril próximo. Once personalidades de la oposición dieron a conocer recientemente un manifiesto en el que acusan al presidente Buteflika de preparar un fraude electoral en esos comicios y reclaman la dimisión del gabinete ministerial.
Los mismos opositores también se decantan por una intervención del Ejército, en contradicción absoluta con sus anteriores tomas de posición que preconizaban la neutralidad de los militares. Lamari hace referencia a esa actitud de los once opositores exclamando "¡sólo faltaría que nos pidieran que dimitiéramos a Buteflika para cambiarlo por otro!". En tono doctoral, agrega que el mejor consejo que los militares pueden dar a los políticos que aspiran a ser presidentes "es que se arremanguen y empiecen a trabajar".
El primer militar de Argelia insiste en que el Ejército no quiere implicarse en las elecciones y está dispuesto a trabajar con la persona que sea designada en las urnas como presidente, incluso si fuera un integrista. "Se ha terminado la época en que la institución militar intervenía en el juego político, por consideraciones de estabilidad y cohesión nacional", subraya, para advertir sin embargo a continuación que si el presidente que salga de las urnas en abril "pretende trastornar el pluralismo político, modificar la Constitución en su favor o menospreciar a su pueblo, nos encontrará en su camino".
Por último, expresa que si se repitiera lo sucedido en 1999, en los anteriores comicios presidenciales, cuando seis de los siete candidatos se retiraron dejando solo a Buteflika, "entonces esas elecciones no tendrían la menor credibilidad". "El Ejército sigue muy de cerca lo que está ocurriendo en la escena política y permanece vigilante. Hemos estudiado todos los escenarios posibles, pero no es el momento de darlos a la publicidad", concluye.
No obstante, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas argelinas ha agregado que "debe tenerse en cuenta que el Ejército nunca fue y nunca será neutral en aquellos asuntos que comprometan el futuro del país o frente a una amenaza que pusiera en peligro su estabilidad".
La declaración de Lamari parece responder a los insistentes llamamientos de los líderes de la oposición argelina para que los militares intervengan en los comicios presidenciales previstos para mediados de abril próximo. Once personalidades de la oposición dieron a conocer recientemente un manifiesto en el que acusan al presidente Buteflika de preparar un fraude electoral en esos comicios y reclaman la dimisión del gabinete ministerial.
Los mismos opositores también se decantan por una intervención del Ejército, en contradicción absoluta con sus anteriores tomas de posición que preconizaban la neutralidad de los militares. Lamari hace referencia a esa actitud de los once opositores exclamando "¡sólo faltaría que nos pidieran que dimitiéramos a Buteflika para cambiarlo por otro!". En tono doctoral, agrega que el mejor consejo que los militares pueden dar a los políticos que aspiran a ser presidentes "es que se arremanguen y empiecen a trabajar".
El primer militar de Argelia insiste en que el Ejército no quiere implicarse en las elecciones y está dispuesto a trabajar con la persona que sea designada en las urnas como presidente, incluso si fuera un integrista. "Se ha terminado la época en que la institución militar intervenía en el juego político, por consideraciones de estabilidad y cohesión nacional", subraya, para advertir sin embargo a continuación que si el presidente que salga de las urnas en abril "pretende trastornar el pluralismo político, modificar la Constitución en su favor o menospreciar a su pueblo, nos encontrará en su camino".
Por último, expresa que si se repitiera lo sucedido en 1999, en los anteriores comicios presidenciales, cuando seis de los siete candidatos se retiraron dejando solo a Buteflika, "entonces esas elecciones no tendrían la menor credibilidad". "El Ejército sigue muy de cerca lo que está ocurriendo en la escena política y permanece vigilante. Hemos estudiado todos los escenarios posibles, pero no es el momento de darlos a la publicidad", concluye.